Mientras las principales plazas bursátiles del mundo sufren elevados niveles de volatilidad, los últimos datos que se han conocido sobre la evolución de la economía real muestran signos claros de fortaleza. En concreto, la industria de Estados Unidos, Europa y España está teniendo un comportamiento excelente en el comienzo del año. Todo hace pensar que no hay suficientes elementos que justifiquen que estamos al inicio de un cambio de tendencia en los mercados de renta variable. Tanto los beneficios empresariales como los datos macroeconómicos muestran que las caídas de las bolsas son temporales.
En la Zona Euro (UEM), el crecimiento de la actividad económica se ha acelerado a principios de año alcanzando máximos de los últimos 12 años y ha ido acompañado de la mayor creación de empleo desde finales del año 2000. El índice de gestores de compras (PMI por sus siglas en inglés) que elabora IHS Markit y que mide la actividad de la industria y de los servicios, subió desde los 58,1 puntos de diciembre hasta los 58.8 puntos en enero. El valor alcanzado en enero es el más alto desde junio de 2006.
Sin embargo, el mejor comportamiento lo tuvo la industria, que arrancó 2018 con uno de los ritmos de producción más acelerados en cerca de 20 años. La lectura del índice PMI para el sector manufacturero de la UEM en el mes de enero fue 59,6, un poco por debajo del 60,6 de diciembre, que fue el más alto desde que comenzó a realizarse la encuesta en junio de 1997.
Entre las cuatro economías más grandes del bloque, las lecturas del PMI se mantuvieron cerca de niveles récord en Alemania e Italia y entre las mejores marcas en 17 años y en una década, respectivamente, en Francia y España. En cambio, para Gran Bretaña las lecturas del índice PMI, de la industria, construcción y servicios quedaron bastante por debajo de los PMI de la zona euro. La realidad es muy tozuda y muestra que situaciones de incertidumbre, como la que proporciona el Brexit, no benefician el crecimiento. En un momento en que el resto del mundo y la UEM crecen rápido, el Reino Unido está dejando escapar una gran oportunidad para aumentar su bienestar y el empleo. Es un aviso para los navegantes que prefieren irse a faenar fuera de las aguas territoriales de la Unión Europea, sin conocer bien sus consecuencias.
LA INDUSTRIA ESPAÑOLA SE RECUPERA
La semana pasada, el INE publicó el Índice de Producción Industrial (IPI) de 2017; con un crecimiento del 3% en el conjunto del año. Aún mejor era el dato de diciembre, donde se registraba un aumento del 6,1% en tasa interanual corregida por los efectos estacionales y de calendario. Hay que remontarse al año 2000 para encontrar una tasa de crecimiento mayor. Lo que significa que llevamos cuatro años con tasas positivas de producción industrial (1,1% en 2014, 3,2% en 2015 y 1,9% en 2016) frente a las muy negativas de los años 2011, 2012 y 2013. No obstante, y a pesar del esfuerzo realizado, todavía la producción manufacturera se encuentra un 20% por debajo de los valores registrados en el año 2007.
Esta espectacular mejoría de la industria, en 2017, se apoyó sobre todo en la mayor producción de bienes de consumo duradero (+4,4%) y de bienes de equipo (+9,3%). Los datos del IPI señalan aumentos: a)en las exportaciones de bienes industriales, b)en las compras de las familias (a través del aumento del consumo de bienes duraderos) y c)en el capital productivo de las empresas a través de las compras de maquinaria.
En definitiva, el importante aumento de la producción industrial está permitiendo satisfacer la demanda interna y la externa, consolidando así el cambio de modelo productivo que se está verificando en la economía española. Lo que muestra que el país sigue invirtiendo en tecnología que permite aumentar la productividad y la calidad de sus productos. Además, el importante crecimiento de la fabricación de bienes de equipo muestra que España se ha integrado en la cadena de producción mundial. En muchos casos un mismo bien que es importado, luego es reelaborado en España y exportado de nuevo.
De ahí que, tanto las instituciones públicas como los empresarios, deban buscar la forma de cuidar la industria, con el fin de que la cadena productiva siga con un movimiento eficiente que mejore nuestra competitividad. De hecho, cada año que pasa, España aumenta su cuota de mercado en las exportaciones mundiales de bienes. Y viceversa, el crecimiento de las exportaciones españolas es un reflejo de una mejora en la competitividad a pesar de la paradoja que supone la convivencia de este fuerte ritmo exportador con una baja inversión en I+D.
SIGUE LA CONFIANZA DEL CONSUMIDOR
El elevado crecimiento de los bienes de consumo duradero es relevante porque se trata de un sector que se suele mover en la misma dirección que el ciclo económico tanto en España como en el resto del mundo: cuanto mejor es la situación de la economía, mayor es la demanda de bienes de consumo duradero. Además, también indican la confianza de los consumidores tanto nacionales (demanda interna) como sobre todo extranjeros (exportaciones), en las buenas expectativas de sus respectivas economías.
En el caso de España esta mejora de la producción de bienes de consumo viene avalada por el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) del mes de enero, que publicó esta semana el CIS, y que recoge la percepción de los consumidores españoles tanto de la situación actual de la economía como de su evolución futura. En enero este indicador alcanzó los 102,3 puntos, frente a los 98,3 de enero del año pasado (4 puntos más). El ICC sigue una escala de 0 a 200 en la que valores por encima de 100 indican una percepción positiva de los consumidores y por debajo, negativa. Este aumento de la confianza confirma que los ciudadanos sienten que la economía mejora.
En definitiva, a pesar de los movimientos bursátiles, la economía española se está comportando mejor de lo previsto. Es más el IPI, los PMI, las afiliaciones a la Seguridad Social, la mayor financiación a empresas y familias y el aumento de las exportaciones muestran que el dato que adelantó el INE de crecimiento del PIB para el cuarto trimestre del 0,7% podría ser revisado al alza hasta el 0,8%. Los datos también van señalando que en el primer trimestre de este año, la economía podría crecer un 0,8%.
Así las cosas, independientemente de lo que pueda estar pasando en las bolsas, tal como hemos señalado, los fundamentos de la economía española y europea siguen siendo muy sólidos y los beneficios empresariales parece que van a seguir creciendo.
Las caídas de las bolsas de Estados Unidos y Asia quizá respondan a las necesarias correcciones (que desde hace meses se venían anunciando) para purgar las subidas prolongadas de las acciones durante demasiado tiempo (en los últimos años, muchos días los índices alcanzaban en EEUU máximos históricos) y que tampoco eran normales.