Esta semana se publicaban los datos sobre la actividad industrial y del sector servicios que registra la economía española. Como era de esperar, la publicación del PMI manufacturero que mostraba la recuperación de la industria tras superar el umbral de los 50 puntos despertó el optimismo en muchos economistas que confiaban en una recuperación más temprana de la economía española.
Sin embargo, el conflicto que se ha ido generando entre expertos, centrando el debate en una recuperación de la que difieren otros muchos, dificulta la extracción de un diagnóstico objetivo que esclarezca la situación que atraviesa el país en estos momentos, así como las dudas sobre si la economía española está experimentando una recuperación, como muestra el PMI, o si, por el contrario, estamos tan mal como indican los indicadores publicados hasta la fecha.
En este sentido, debemos entender que la economía española, como ocurre con todas las economías, se compone de una serie de sectores entre los que destacan el sector servicios y la industria. Si atendemos a la economía española, con la mirada puesta en la industria, efectivamente se observa una recuperación de nuestra economía, así como un mayor optimismo de cara al futuro.
Sin embargo, en muchas ocasiones olvidamos que no estamos hablando de una economía en la que la industria soporta el mayor peso, sino que hablamos de una economía en la que el sector servicios, con una representación mucho más destacada, se posiciona como el sector que más condiciona nuestra recuperación.
Y es que, pese a que hablemos de una necesidad de cambio en el modelo productivo de la economía española, no podemos seguir instrumentando la recuperación, ligándola con el mensaje político. Nos guste o no, esa dependencia del sector servicios representa una dificultad agregada para la recuperación económica que precisa el país.
Aunque los economistas sigan en esa insistencia de que un mayor peso de la industria podría hacernos más resilientes ante situaciones como la que hoy se presenta, debemos saber que atendemos únicamente al 16% de nuestro PIB.
Dicha necesidad, con la que estamos de acuerdo, no conseguirá recuperar la economía de esta crisis que hoy nos afecta. Para hacernos una idea, el sector servicios en nuestra economía supedita cerca del 70% del PIB.
Referencia del empleo
Cuando observamos dicha situación por el lado del empleo, la situación es más preocupante aún, pues estamos ante un escenario en el que, como arrojaba el Instituto de Estudios Económicos (IEE), el sector terciario, de la misma forma que se posiciona como el sector que presenta esa mayor contribución al PIB también se muestra como el sector que más empleo soporta en el país, representando el 80% del mercado de trabajo.
Un dato para nada desdeñable y que explica un poco mejor que España sea el país que más empleo ha destruido por la crisis, en un escenario en el que era el más afectado por el virus. Como se puede observar en el último informe publicado por BBVA Research, es en este sector donde se encuentran más empresas en situación de insolvencia, así como esa mayor destrucción de empleo.
En este sentido, como avisó ‘The Economist’, estamos hablando de una situación muy complicada para determinados países, pues recuperar la economía pasa por recuperar unos sectores que requieren de una proximidad incompatible con la situación actual.
Por esta razón, el medio británico alertaba sobre una incapacidad de recuperar completamente la economía hasta la extinción del virus, calificando dicha situación como ‘la economía del 90%’. Una recuperación calificada por otros economistas como una recuperación en forma de ‘K’.
Recuperación a nivel global
Si atendemos a la recuperación económica que prevé experimentar la economía a nivel global, los pronósticos que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sitúan a España como el país con la recuperación más tardía del conjunto de países que integran dicho organismo.
Como destacaba la organización, hablamos la economía más vulnerable y la que mayor potencial de daño presenta. Entre las razones por las que se justificaban estas afirmaciones, se encontraba ese peso del sector servicios del que hablamos, y que como vemos en el análisis, resalta las vulnerabilidades de la economía española.
Una vulnerabilidad manifiesta en situaciones como la presente, donde la importancia mencionada ha provocado que la caída del sector turístico provoque una contracción del 57% de la prevista a final de año.