Cambio de tendencia en la economía española
6 de mayo de 2021

Ayer se conocieron los datos de afiliación a la Seguridad Social y de paro registrado del pasado mes de abril. A quienes conozcan la estacionalidad típica del mercado laboral español no les habrá sorprendido comprobar que se ha registrado un aumento de la afiliación y una disminución del número de parados. Y es que, en los meses de abril, en España, suele subir el empleo y bajar el paro. Es un efecto provocado por la cercanía de la temporada de verano.

En el pasado mes de abril, se produjo un incremento de 134.400 afiliados a la Seguridad Social. A esta cifra habría que sumar los 83.000 trabajadores que han salido de los ERTE y que se han incorporado a la vida laboral. Lo que supone un aumento total de 217.400 empleos efectivos en el mes. Este repunte de la ocupación se debió al crecimiento de todos los sectores de la
economía española. Especialmente la industria, que recuperó el ritmo de crecimiento del empleo de los meses de septiembre y octubre del año pasado. Pero también de la construcción, que consiguió su mayor número de afiliados desde el pasado mes de agosto.

Mejoran las expectativas

Este fortalecimiento viene auspiciado por la mayoría de los indicadores de confianza y de expectativas que se vienen publicando en las dos últimas semanas. Por ejemplo, el lunes se publicó el Índice de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) del sector manufacturero de España, que escaló desde los 56,9 puntos en marzo hasta los 57,7 en abril. Es el mayor nivel de este indicador desde diciembre de 1999.

La economía manufacturera de la zona euro también arrojó un buen resultado en abril, subiendo desde 62,5 en marzo hasta 62,9 en abril.

También la actividad del sector servicios de España aumentó durante este mes de abril. Sube por primera vez desde el pasado verano. El PMI de servicios aumentó desde los 48,1 puntos en marzo hasta los 54,6 en abril, su puntuación más alta desde finales del año 2019. La línea de 50 puntos diferencia el crecimiento (por encima de 50) de la contracción (por debajo de 50). Además, por primera vez en más de un año las empresas de servicios españolas contrataron personal adicional ante el aumento de las cargas de trabajo. Y, lo que es más importante, ante las previsiones de reaperturas, están regresando a las empresas trabajadores que hasta ahora estaban en los ERTE.

Aumenta la confianza

Estos buenos resultados del sector manufacturero, de los servicios, de la afiliación a la Seguridad Social y del regreso a las empresas de personas que estaban en ERTE han venido acompañados por la mejora del Indicador de Confianza del Consumidor (ICC). Dentro de ese índice, el Índice de Expectativas muestra un futuro más halagüeño. Sube desde 102,7 puntos en
marzo a 107,4 en abril (por debajo de 100 indica una percepción negativa por parte de los consumidores). Parece que en el futuro, tal como vienen anunciando los analistas, el consumo de los hogares empezará a carburar mejor.

Esta situación expansiva de la economía española es previsible que se prolongue en lo que queda de año. Otro ejemplo es el Índice de Confianza Empresarial Armonizado, elaborado por el INE, que crece en este segundo trimestre del año un 5% con respecto al primero.

Durante lo que queda de año, la economía española seguirá una fase de expansión y dejará atrás la crisis provocada por la pandemia del Covid-19. Los indicadores de confianza empresarial empiezan a desperezarse y crecerán el consumo, la cifra de negocio de los servicios, la producción industrial, la construcción, la creación de empresas y el empleo. Además, estos avances parece que serán más rápidos de lo previsto.

Esta tendencia hacia un mayor optimismo es generalizada entre los países del entorno, lo que también permitirá seguir aumentando las exportaciones de bienes y servicios. Lo más probable es que, durante este segundo trimestre, la producción de bienes y servicios (PIB) aumente a un ritmo cercano al 2% respecto al primer trimestre de este año. Lo que significa que, después de los confinamientos y cierres perimetrales, la actividad se empieza a acelerar.

Sin olvidar que esa aceleración económica va a depender de que se mantenga la estrategia de vacunación masiva y del aprovechamiento adecuado de los fondos Next Generation EU. Sólo así conseguiremos reforzar el crecimiento e impulsar un contrato social que considere la digitalización, las energías limpias y un trabajo adecuado y decente para los
españoles.

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