De acuerdo con el Consejo General de Economistas, la economía española crecerá este 2020 a ritmos del 1,6%. Unos ritmos de crecimiento que, como ya pronosticaron otros organismos, se ajusta a las previsiones que, incluso, posee el propio Gobierno en el país. Una situación en la que la economía española continúa por esa tendencia decreciente, en consonancia con los crecimientos mundiales.
Y es que la desaceleración de la economía española es ya un completo hecho. Últimamente se ha tratado de dar relevancia a aspectos del crecimiento como que España crece a un mayor ritmo que otros países. Precisamente, la comparación más común en estos momentos está siendo la de Alemania, ya que sus crecimientos, pese ha haberse comportado mejor de lo esperado, se han situado en el 0,6%. Por otro lado, Italia, otro homólogo europeo, cerraba el trimestre con contracciones del 0,3%.
Si bien es cierto que España, con un 2% de tasa de crecimiento en el producto interior bruto (PIB), está creciendo a ritmos superiores a otros países, podemos enfocar la situación desde varios puntos de vista. España, pese a su crecimiento, debemos medir sus crecimientos con la serie histórica. Y es que, cuando lo hacemos así, podemos observar la intensificación del deterioro que se ha producido en los últimos años en el país.
Mientras España crecía a ritmos del 3% hace unos años, las previsiones arrojan un 1,5%/1,6% para el año vigente. Y no solo lo pronostica el Consejo Gral. De Economistas, sino que el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como otros organismos, sitúan su previsión en la misma línea. De esta forma, con la serie histórica citada, podemos observar cómo, de la misma forma que relucimos el crecer por encima de otros países, podríamos relucir que somos, también de los que más están recortando su crecimiento en la Zona del Euro.
Pero no todo queda ahí. De acuerdo con los datos que ofrece el Fondo Monetario Internacional, España también es el único país de los principales países de la Unión Europea que, en estos momentos, muestra unas previsiones de crecimiento que arrojan un mayor ajuste en la tasa de crecimiento. Aunque todavía debemos descontar los efectos del coronavirus, antes de la epidemia podíamos observar cómo todos los países mostraban unas perspectivas de crecimiento, mientras que España, pese a sufrir un ajuste que armonizaba los crecimientos con sus homólogos, registraba perspectivas negativas.
Y podríamos seguir con los datos no tan positivos, a los que el Gobierno no desea hacer referencia. Datos como los que nos ofrece el portal estadístico europeo Eurostat, los cuales reflejan una situación muy distinta a la que nos quieren hacer ver los políticos de la coalición. Una situación que muestra una serie de vulnerabilidades que no muestran tanto optimismo. Unos datos a los que España debería atender, pues podrían complicar mucho la situación al Gobierno si un shock sacudieses la economía.
Un shock como el Coronavirus. Y es que, la economía española, de acuerdo con Eurostat, es de las economías más expuestas y vulnerables de la Unión Europea. En materia de empleo, el mercado laboral español sigue siendo una asignatura pendiente para el Gobierno. Hablamos de un mercado laboral que posee un desempleo estructural que no deja al país crecer de forma sostenible, pues pese a los crecimientos, no somos capaces de solventar la situación.
Con un 13,8%, en estos momentos, el desempleo estructural que posee España le sitúa como el segundo país en Europa con mayor nivel de desempleo. En este sentido, únicamente estamos siendo superados por Grecia. Y deberíamos saber el porqué de resaltar a Grecia, ya que ese país fue rescatado ante la quiebra financiera que vivió. Un país que estaba en la ruina económica, pero que ya acecha a la economía española para superarnos.
No en el empleo juvenil, donde los griegos ya han dado el “sorpasso”. De esta forma, el desempleo juvenil en España se sitúa en niveles del 33%. Es decir, uno de cada tres jóvenes en el país se encuentra en situación de desempleo. Ante esta situación, España tiene un verdadero problema, pues sigue gastando grandes cuantías en la formación universitaria, mientras tiene un mercado laboral que no es capaz de absorver a los titulados egresados; condenados, por otro lado, al desempleo, empleo temporal o empleo precario.
Un problema, también muy serio, para aspectos como la deuda. España también se encuentra en los primeros puestos europeos en materia de deuda. Nuestro ratio de deuda sobre el producto interior bruto se mantienen estructuralmente en el 100% del PIB. Tras años de ciclo económico expansivo, con crecimientos superiores al 2% que ahora relucen, España no ha sido capaz de reducir su deuda hasta un nivel óptimo. Algo que debería mostrarnos que, de nada sirve relucir un 2% si, posteriormente, nos es insuficiente para corregir nuestras debilidades.
Unas debilidades de las que Europa ya nos está avisando. Y es que, de acuerdo con los Pactos de Estabilidad y Crecimiento (PEC), debemos empezar a mostrar una mayor disciplina financiera, ya que no podemos llegar a los objetivos en materia de déficit. Vulnerabilidades que nos muestran la absoluta estupidez que conlleva relucir unos crecimientos que, por otro lado, no son suficientes para corregir una serie de exposiciones que nos siguen manteniendo en una situación más agravada que la envidiada Alemania.