El IBEX 35 ha perdido un 11,76% en la última semana, la peor que ha conocido desde 2010, por culpa del coronavirus. El índice que mide el comportamiento en la Bolsa de las 35 principales compañías españolas se quedó al concluir la sesión de este viernes en unos exiguos 8.723,2 puntos, un nivel que no veía desde el pasado mes de agosto. En lo que va de año, el parqué madrileño ha caído un 10%. Es el mismo miedo al Covid-19 que tiró este viernes la Bolsa de Londres un 3,18%, un 3,8% la de Fráncfort, un 3,4% la de París y un 3,6% la de Milán. Por encima incluso del 2,92% que bajó el IBEX ese día. El Dow Jones terminó el jueves con un caída del 4%. Tokio se dejó un 3,67%.
La aversión de los inversores al riesgo se ha extendido con tanta o mayor rapidez que el virus y amenaza con hacer más intensa aún la anunciada desaceleración de la economía mundial. El cierre de fábricas en China y los millones de ciudadanos en cuarentena ponen en serio peligro las cadenas de suministros de Occidente, pero el brote de la enfermedad en Italia y su rápida extensión en Europa y en Estados Unidos han instalado el pánico en las principales bolsas de todo el planeta.
Dos buenas muestras en España de los efectos de la epidemia en el parqué y en la economía real. El miércoles, la factoría malagueña de Fujitsu presentó un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) para 336 trabajadores por falta de materiales procedentes de China. El comité de empresa ya ha advertido de que la fábrica, a su vez, provee de componentes a Toyota Europa.
Y este mismo viernes, IAG, el holding que agrupa a Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, revelaba una caída de sus beneficios del 40,8% en 2019, al tiempo que anunciaba su intención de no publicar cuáles eran sus previsiones de resultados para este año, tras reconocer una “debilidad en la demanda en las rutas asiáticas y europeas, así como en los viajes de negocios como resultado de la cancelación de eventos y restricciones en los viajes corporativos”. A continuación, las acciones se IAG lideraban las caídas en la Bolsa española con un retroceso del 8,78%. En la última semana, el desplome llega al 26%. Amadeus, proveedor de soluciones tecnológicas para agencias de viajes, ha perdido un 9% desde el pasado lunes y Meliá Hoteles, un 14,4%. Las acciones de eDreams, ya fuera del IBEX, han recortado su valor un 17%. El nerviosismo de los inversores es patente: el índice Vibex, que mide la volatilidad del selectivo español, superó este viernes los 26,4 puntos, una cota que no alcanzaba desde abril de 2017, según informa Europa Press. Sólo en los últimos cinco días se ha disparado un 116%.
Corrección en los mercados y en las previsiones de crecimiento
En que los mercados están sobrerreaccionando coinciden el analista Juan Ignacio Crespo y el economista Javier Santacruz. También en que se avecinaba una corrección en unas bolsas que estaban “sobrevaloradas”. “Estábamos pendientes de un recorte porque no habían parado de subir en todo el año 2019, pero ahora se han pasado de rosca”, explica Crespo, quien recuerda que las bolsas europeas han caído en una semana un 12%, lo mismo que perdieron cuando estalló la epidemia de gripe de 1918… en tres meses.
Para Santacruz, economista jefe del think tank Civismo, el coronavirus está siendo la “excusa perfecta para hacer un barrido en el mercado y recoger beneficios tras poner a tiro de compra a las bolsas de Estados Unidos y Europa”.
Lo mismo apuntan ambos sobre la rebaja de previsiones de crecimiento que se suceden estos días tanto en las empresas como en las economías nacionales. “Con la crisis del virus, Dios les ha venido a ver a la OCDE, el FMI, la UE, el Banco de España y hasta al Gobierno español”, sostiene Javier Santacruz, “porque necesitaban un momento para corregir sus previsiones al constatar que se va debilitando la demanda, cae el comercio mundial, el crecimiento se ralentiza… el coronavirus ha sido la gota que colma el vaso y les ha dado la ocasión para reducir sus previsiones iniciales atenuando así la alarma que habría provocado hacer la corrección sin esa coartada”.
En cualquier caso, Juan Ignacio Crespo cree que la epidemia ya “se ha cargado” el primer semestre de la economía mundial. Santacruz, por su parte, apunta que el impacto lo absorberán las aerolíneas y las empresas turísticas, pero el resto de las compañías se recuperará con facilidad porque, a diferencia de lo que ocurre con los terremotos o los tsunamis, en este caso “no se destruyen inversiones, no se destruye capital”. La patronal de la aviación IATA ha cifrado en 27.150 millones de euros el impacto en los ingresos del sector este año por culpa de la enfermedad.
Recuperación en el segundo semestre
Aunque Crespo considera poco menos que imposible determinar dónde se va a detener la actual histeria bursátil, sí calcula que, en el caso de que China consiga recuperar la actividad a principios de abril y Europa se tranquilice a mediados de mayo, con la ayuda de estímulos fiscales y monetarios podría producirse un rebote de la economía en el segundo semestre del año.
De hecho, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ya ha dejado caer que está “vigilando de cerca” la evolución de la epidemia y el presidente de una de las reservas estatales, James Bullard, ha sugerido una posible rebaja de tipos de interés para intentar paliar el impacto económico del coronavirus. Una medida, sin embargo, que la UE no podría adoptar, teniendo en cuenta el mínimo histórico en que el BCE mantiene los tipos con su política de expansión monetaria.
En España, con la Semana Santa a las puertas, si la enfermedad no está controlada en marzo, el turismo quedará tocado, advierte Javier Santacruz.
¿Cuánto va a durar el nerviosismo? Juan Ignacio Crespo lamenta el “retraso” con que han reaccionado los gobiernos europeos. “Deberían haber tomado medidas drásticas desde el primer momento y los mercados, en realidad, comenzaron a reaccionar sólo en febrero, cuando a finales de enero ya se veía que había estallado un problema mundial”, reprocha el analista, a quien no le gusta hablar de pánico. “El pánico es malo, las cuarentenas, buenas”, resume.
Javier Santacruz dice que la ansiedad de los mercados no debería durar más de dos meses, o bien porque se encuentre una vacuna o porque China comience a controlar sus casos, en un recorrido que no debería ser muy distinto, subraya, al que ya recorrieron otras epidemias como el SARS o el ébola. Algo parecido augura Juan Ignacio Crespo, según las tendencias que adivina ya en los mercados de materias primas. Pero, mientras, el dinero huye de la renta variable y se refugia en activos considerados más seguros, como los bonos de Estados Unidos, el dólar o el oro. Y el precio del petróleo sigue cayendo ante la perspectiva de que baje la demanda por la menor actividad económica.