La economía italiana se encuentra en una situación de “jaque”. La extensión del coronavirus en el país está siendo la gota que colma el vaso para la economía transalpina. De acuerdo con el Gobierno italiano, los registros de crecimiento a cierre de 2019 mostraban ya una clara desaceleración de la economía, con una tasa de crecimiento anual pobre y poco alentadora de cara al nuevo año.
De acuerdo con los registros, hablábamos de un crecimiento para la economía italiana del 0,3%. Esta tasa muestra el peor dato de Italia desde el año 2014, donde la economía crecía a ritmos similares. Si comparamos esta tasa de crecimiento con la registrada en 2018, podemos observar esa clara desaceleración que ha llevado los niveles de un 0,8% registrado durante el año pasado, a un 0,3% durante este ejercicio.
Estos ritmos de crecimiento, si lo miramos desde el punto de vista trimestral, muestran una exposición muy elevada de la economía italiana. De acuerdo con las mismas cifras de crecimiento, Italia registraba una contracción del -0,3% durante el último trimestre del pasado ejercicio. Esta situación, en un escenario en el que el coronavirus sigue acechando a la economía, acercan a la economía italiana a una nueva, y muy temida, recesión técnica.
Y es que, si observamos la extensión del coronavirus, podemos comprobar que cerca de un 36%, sumando la industria y el sector turístico, del PIB italiano se encuentran completamente expuestos a una mayor intensificación de la desaceleración económica. Una situación que preocupa, ya que una posible contracción en el primer trimestre del año situaría a la economía italiana en una nueva recesión técnica, cosechando, nuevamente, dos trimestres consecutivos con contracciones en el Producto Interior Bruto.
Una situación para preocuparse, ya que, si observamos las zonas más afectadas por el coronavirus, estamos hablando de que estas representan cerca del 40% del PIB. El coronavirus, dada su extensión por el país, ya ha infectado aquellas zonas que, en relación a su peso en la economía italiana, soportan un mayor porcentaje del Producto Interior Bruto del país. Esta situación deja a Italia en una encrucijada, pues la vulnerabilidad es más elevada que de haberse infectado otras zonas geográficas de menor importancia, en cuanto a la economía se refiere.
En estos momentos, la economía italiana es la más afectada por el coronavirus. Esto ha llevado a miembros del Gobierno a adoptar decisiones para tratar de paliar la situación. Desde el Gobierno, Giuseppe Conte, presidente del Consejo de Ministros, ya ha anunciado la exposición de la economía italiana a los efectos del coronavirus. La elevada tasa de contagio está favoreciendo a una rápida propagación del virus en el país.
El sector turístico, el cual aporta el 6% al Producto Interior Bruto en el país, está viviendo uno de sus peores momentos. La cancelación de fechas tan destacadas como las del Carnaval de Venecia, así como otra serie de actividades muy enfocadas a la atracción de turistas, ha provocado una pérdida constante de ingresos en el país. Esto, sin capacidad de evitarlo, está repercutiendo en la economía, acercándola, como decíamos, a esa temida recesión técnica.
Con el objetivo de paliar esta pérdida de ingresos, el Gobierno italiano ya ha puesto en marcha otra serie de medidas, muy enfocadas a paliar la situación económica. Y es que, de acuerdo con el Gobierno, aquellas zonas más afectadas por el coronavirus podrán quedar exentas del pago de las obligaciones financieras hasta que la situación se disipe, o, al menos, comience la situación a normalizarse. Exprimir en estos momentos a estos focos de actividad representa un ahogamiento, ya que los ingresos se están mermando con el avance del virus en el territorio italiano.
Sin embargo, esta situación, aunque hablamos de una medida paliativa, debemos medirla con mucha cautela. La deuda italiana, en estos momentos, se encuentra en máximos. Esto, aunque las previsiones han sido mejores de lo esperado, es un verdadero problema, pues la deuda ha vuelto a incrementarse. A cierre de año, hablamos de un pasivo que ya roza el 135% del PIB, incrementándose desde el nivel del 134% en el que se encontraba el año anterior.
Aunque el coronavirus está mostrando el lado más negativo y pesimista de la economía italiana, esta tampoco venía de mostrar un comportamiento más positivo. Incluso sin coronavirus, la economía italiana registraba ya datos que hacían saltar las alarmas. El Covid-19 está actuando como esa gota que puede colmar, por completo, el vaso.