Por Laia Vidal
El gabinete de la canciller Angela Merkel no modifica la receta que prescribió hace meses para sanar la economía española: dosis de austeridad ymás austeridad… pero ¿qué opinan los expertos de su país?
Alemania mira España con preocupación, y sigue de cerca sus movimientos en medio de la crisis de la deuda. Los ciudadanos de la primera economía de Europa están acostumbrados a dejarse asesorar por los expertos de universidades y multitud de institutos de investigación económica que hay en el país. Nosotros hemos querido preguntarles a ellos, a los científicos, si es el momento de cambiar la política económica y apostar por medidas de estímulo a la economía, incluso en los países periféricos, o hay que insistir conmedidas de austeridad hasta que las economías, sobre todo periféricas, se encarrilen.
Wolfgang Gerke. Presidente del Centro Financiero de Baviera
España necesita una estrategia doble. Las medidas de ahorro tienen que hacer más eficientes las Administraciones y conseguir bajar los intereses. Un programa de inversiones tiene que conseguir puestos de trabajo que reactiven la economía y hagan subir la entrada de impuestos. Una política puramente de ahorro no supone ninguna solución.
Jürgen Matthes Economista. Cologne Institute for Economic Research (IW)
No se puede permitir que en España se cometan los mismos errores que en Grecia y el país se adentre en una recesión cada vez más profunda por la vía de los recortes politicofiscales. Por eso dudamos que sea acertado el objetivo de déficit que la Comisión de laUE fija en el 3 por ciento del PIB en el 2013. Se debería dar uno o dos años más de tiempo a España y tener en cuenta que este objetivo se fijó cuando no se contaba con una recesión tan fuerte en este país. Esto también reforzaría la credibilidad del pacto fiscal y del pacto de estabilidad, que se basan también y sobretodo en un décifit presupuestario estructural. Sin embargo, España tiene que fomentar una consolidación de sus presupuestos creíble y consecuente. Se trata de ahorrar de manera inteligente, o sea en la medida de lo posible dañando lo mínimo el crecimento. Aparte de esto, España debería volver lo más rápido posible a una senda sostenible de crecimiento. Para esto tienen que servir sobre todo las reformas estructurales, que aparte del mercado de trabajo y otros, tienen que ocuparse de la competitividad, la productividad y la ocupación.
Klaus-Ju?rgen Gern. Analista del Kiel Institute for the World Economy (IfW)
Nuestra posición (IfW) es que es importante para España facilitar a los mercados financieros así como a otros agentes económicos,un plan a medio plazo para consolidar las finanzas públicas. Este programa tendría que ser lo más específico posible no sólo para el año corriente sino también para más adelante con la intención de aumentar la credibilidad. Debería también tener el mínimo impacto negativo en la producción potencial de la economía (los gastos en inversiones, así como educación, tendrían que estar protegidos al máximo). Con unas políticas de consolidación a medio plazo creíbles, se podrían tolerar las desviaciones de los objetivos de déficit debidas a una caída inesperada de la demanda. Tomar medidas de política fiscal expansivas ahora con la intención de reavivar la demanda no es por el momento una opción, porque destruiría cualquier credibilidad de la determinación del Gobierno español para resolver el problema fiscal en un periodo de tiempo razonable.
Ulrich Walwei. Responsable del Instituto de Análisis para el Empleo de Alemania
Para la mayoría de países de la UE no hay alternativa a la consolidación presupuestaria. Esto también es válido ahora mismo para los países del sur. El hecho de recuperar la confianza de los mercados financieros es especialmente importante para la zona euro, pero hay que priorizar la consolidación presupuestaria. Pero las prestaciones sociales no tendrían que ser recortadas drásticamente. Principalmente se trata de seguir protegiendo a la gente realmente lo necesita. En lo que afecta a la clase media, las prestaciones sociales seguro que tienen que ser repensadas. Entonces puede haber suficientes fondos para inversiones de futuro, sobretodo en investigación, educación e infrastructuras modernas.Así, haría falta en la medida de lo posible una reestructuración en el presupuesto para pasar de gastos de consumo a gastos de inversión.
Juergen B. Donges. Profesor del Instituto de Política Económica de Colonia
Políticas de fomento del crecimiento no pueden tener los efectos apetecidos hasta que los países en crisis de deuda soberana resuelvan sus deficiencias estructurales, que son muchas y profundas, también en España. La consolidación presupuestaria es una de las políticas inexorables para ello. Las otras, que hay que aplicar simultáneamente, son las reformas estructurales en la economía y las instituciones.Los efectos contractivos sobre la economía del ajuste fiscal son inevitables, pero temporales siempre y cuando que los gobiernos acometan el saneamiento de las cuentas públicas con una hoja de ruta enfocada al medio plazo: ha de especificarse para un periodo de 3 a 4 años qué partidas de gasto público se van a recortar y qué impuestos se van a aumentar. La mejor forma de lograr con un plan plurianual de consolidación presupuestaria la credibilidad en los mercados y generar espectativas de crecimiento económicos a medio plazo es, por el lado del gasto, una reducción de los salarios públicos, las prestaciones sociales y las subvenciones, y, por el lado de los ingresos, una subida del IVA y de otros gravámenes especiales como los del tabaco y el alcohol.
Dorothea Schäfer Directora de Investigación en German Institute for Economic Research
No veo la opción de una reversión radical de las políticas económicas ni de grandes programas para fomentar el crecimiento. La reducción de los costes en los presupuestos fiscales que ya hemos visto tardará un tiempo hasta que funcione. A corto plazo, estas reducciones reducirán seguramente el ritmo de crecimiento, pero los programas nacionales de estímulo económico no son preferiblemente ahora mismo una opción, su coste llevaría a un endeudamiento todavía más alto de los países. A pesar de esto, a medio plazo se puede esperar un efecto positivo en el crecimiento gracias a las reformas estructurales ya empezadas (más flexibilidad del mercado laboral, reducir las restricciones de acceso al mercado, simplificación de procesos burocráticos…). Como norma, estas reformas suelen tardar un par de años en surgir grandes efectos. Ahora mismo, costosos programas de crecimiento sólo pueden ser financiados de manera realista desde el exterior, por ejemplo desde los fondos estructurales de la UE. También sería posible obtener los medios para la recapitalización de bancos domésticos de los fondos de rescate de la eurozona (ESFS y ESM), de manera que este rescate necesario de los bancos no aumentaría la ratio de deuda de estos estados. Los bancos fuertes serían más capaces de prestar a negocios domésticos y de contribuir positivamente al crecimiento. Claramente hay que luchar activamente contra las altas cifras de desocupación entre la gente joven. La UE como un conjunto debería lanzar programas específicos para reducir la tasa de desempleo juvenil en los países de la periferia de la eurozona.
Prof. Dr. Henning Klodt. Jefe de Política Económica del Kiel Institute for the World Economy
La pregunta de cómo España debe reaccionar ante este peligro de recesión no es fácil de contestar. Según mi opinión no tiene que ver con problemas coyunturales sino estructurales, es decir que una política coyuntural expansiva sería errónea. Además de eso la cuota de déficit prevista del 5,3 por ciento para el 2012 es ya expansiva.
Fabian Lindner. Fundación Hans-Böckler de Du?sseldorf y columnista en Die Zeit
Hay que hacer cuanto antes un cambio profundo en la política económica, no sólo en los países periféricos sino también en los países del corazón de Europa, como Alemania. En los países periféricos, los estados tienen que recortar menos, puesto que los programas de recortes perjudican los presupuestos privados y la capacidad de consumo de las empresas. En España, el estado podría gastar más dinero en lugar de menos, puesto que la deuda pública española es todavía baja. En Grecia, han tenido que aflojar unas medidas de ahorro demasiado fuertes. Sería ideal que en todos los países en crisis (Portugal, España, Grecia), se pudiera acordar con los sindicatos que los sueldos sólo pudieran subir muy poco o nada en los próximos años, mientras que la política fiscal fuera expansiva. Esto mejoraría de nuevo la capacidad competitiva. Es parecido a lo que ocurrió con la introducción del euro y ahora se podría repetir.Pero esto sólo funciona cuando gran parte de la demanda viene del extranjero. Alemania tendría que rebajar su superávit e incluso contraer déficit. Para ello tienen que subir los salarios en Alemania y el estado también tendría que gastar más, para que los países periféricos puedan exportar más a Alemania y ganar más para a su vez, poder pagar su deuda. En parte se han hecho ambas cosas, pero demasiado lentamente para que tengan efecto. Pero si ahora se cambiara el rumbo político demasiado bruscamente, crecería el riesgo de que los países periféricos tuvieran que abandonar el euro con el consecuente derrumbe de la moneda. Esto tendría consecuencias graves para todos. Los países periféricos, después de abandonar el euro, podrían, mediante la devaluación, mejorar su competitividad, pero con una masiva inflación, lo que afectaría especialmente a los pobres. Al revés, una devaluación de una nueva moneda alemana afectaría intensamente a la exportación alemana, de la cual depende toda la economía del país, lo que llevaría a una alta tasa de desempleo.
Christoph M. Schmidt. Presidente del Instituto para la Investigación Económica de Essen
Los países periféricos se encuentran ante dos retos: tienen que subir su competitividad y así fortalecer el crecimiento. Para esto son útiles las reformas estructurales, a través de las cuales los mercados protegidos se desregularizan. No tendría que ser ningún tabú que con ello se reducen los privilegios. Hasta ahora, sin embargo, se ha observado a menudo que los recortes suelen afectar el sistema de seguridad social. En segundo lugar tienen que ocuparse de sanear el sector financiero. Esto, en muchos casos no es posible sin la ayuda de la UE. Los programas de inversiones estatales aportan, en la situación actual, poco. A lo mejor hacen aumentar a corto plazo la demanda, pero no refuerzan el crecimiento. Dado que también aumentan los problemas finacieros, se deberían evitar.
Peter Bofinger. Profesor en la Universidad de Würzburg
Conviene acabar con el ahorro destructor. Los estados en situación dificil han intentadoa horrar demasiado, demasiado rápido. Y de esto se resiente el crecimiento.