España acabó 2015 convertida en un auténtico líder del crecimiento económico. El Producto Interior Bruto (PIB) experimentó un avance del 3,2%. Este empuje parece haberse amortiguado en el año en curso. Las previsiones hablaban de un aumento del 2,8%, y hace tan sólo unos días la Comisión Europea rebajaba estas estimaciones un par de décimas, en un contexto global de ralentización del que no se libra la eurozona. Sin duda influye la incertidumbre política, un parámetro cuantificable, que según un informe del BBVA Research, si se mantiene a medio plazo podría restar hasta 1,8 puntos al PIB en 2016 y 2017.
A pesar de este ligero frenazo, la tendencia ascendente se mantiene para nuestro país, gracias a la mejora del mercado laboral (como muestran los excelentes datos del paro de abril), la reactivación del consumo, un mayor acceso al crédito o los precios bajos del petróleo.
Pese al impacto positivo de este cúmulo de factores, no todas las comunidades autónomas han aprovechado su impulso de igual manera. Así lo pone de manifiesto el que, según estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), en el primer trimestre de 2016, sólo cinco regiones españolas hayan superado su tasa de crecimiento respecto al mismo periodo del año pasado. Son Comunidad Valenciana, Baleares (ambas con un 0,4% más), Canarias (un 0,3%) y La Rioja y Murcia (las dos un 0,1%).
Es precisamente este quinteto que ha pisado el acelerador el que copa las mejores posiciones en el Índice de Libertad Económica de España que elabora el ‘think tank’ Civismo. Baleares ocupa el segundo puesto; La Rioja, el tercero; el cuarto corresponde a Comunidad Valenciana, mientras que el quinto es para Canarias; y Murcia, un poco más rezagada, se halla en décimo lugar.
Las doce restantes han reducido la marcha, cayendo su tasa de crecimiento hasta medio punto porcentual (caso de Castilla-LaMancha y Extremadura, dos de las regiones peor situadas en el mencionado índice).
Dada esta impresionante correlación entre el crecimiento del PIB y la libertad económica, las comunidades que deseen progresar deberían reducir el intervencionismo y liberalizar su economía. No hay otra receta mejor.