La Comisión Europea presentó el jueves sus previsiones económicas de otoño. La Comisión mantuvo para España la misma previsión de crecimiento que había hecho en septiembre: 3,1%. Para el año que viene el crecimiento económico será algo menor pero también rondará el 3% y seguirá siendo mayor que el de Alemania, Gran Bretaña, Italia o Francia. Todos los organismos internacionales ven síntomas de expansión en nuestra economía. Por ejemplo, las previsiones de la OCDE sitúan a España, con la mayor tasa de crecimiento económico, dentro de los países avanzados, junto a Suecia y por delante de República Checa y Polonia. Hace un mes, en Lima, el FMI también situaba a España a la cabeza del crecimiento en la eurozona.
Esta fortaleza de la recuperación económica se refleja también en las mejores perspectivas para el mercado laboral español. El FMI prevé que la tasa de paro cierre 2015 en el 21,5% y que vuelva a descender en 2016 hasta el 19,5%. Esta tasa supone que el año que viene 4,5 millones de personas seguirán desempleadas. Siguen siendo muchos parados, pero son casi 2 millones menos de los que había en España hace tres años. (En el primer trimestre de 2013, España alcanzó la cifra record de 6,3 millones de desempleados con una tasa de paro del 27% de la población activa).
Esta mejora que desde hace ya más de dos años experimenta la economía española es el resultado de las reformas aplicadas por el Gobierno que han permitido aumentar el empleo, recapitalizar los bancos, corregir el déficit público, reducir la deuda de las empresas, atraer inversión extranjera y promover la competitividad. Algunos estudios realizados por instituciones internacionales pueden ayudar a entender esta situación y también a vislumbrar las políticas económicas que todavía necesita España. Para ello analizaremos a continuación tres informes recientes y que se publican con periodicidad anual:
1. ElInforme de Competitividad Mundial 2015-16, editado por el World Economic Forum, sitúa a España en el puesto 33 de la lista de los 140 países que analiza. Este puesto supone una mejora con respecto a los dos años anteriores (2013 y 2014), en el que ocupaba el lugar 35. Y mucho mejor situado que en 2011 y 2010 cuando ocupaba los puestos 36 y 42 respectivamente. Una prueba más de que las reformas económicas aplicadas, en los últimos años, por el Gobierno de España, parece que están dando sus frutos en términos de mejora de la actividad empresarial y más facilidad y libertad para hacer negocios y crear empresas.
En este Informe se proporcionan evaluaciones de la productividad de los países estudiados y analiza de forma detallada la capacidad de los países para competir en el mundo. El estudio muestra que España aumenta su fortaleza en las buenas condiciones de las infraestructuras de transporte, el tamaño de su mercado, la utilización de tecnología y la alta tasa de matriculación en educación superior, lo que significa que tiene una buena oferta de mano de obra cualificada.
2. Esta mayor libertad y facilidad para hacer negocios también ha sido reconocida por el informe Doing business 2016 que acaba de publicar el Banco Mundial. Este estudio mide, en 189 países, el grado de presión fiscal que soportan las empresas así como las facilidades que existen para abrir un negocio, hacer trámites administrativos como pueden ser conseguir permisos o licencias, contratar y despedir trabajadores, proteger los derechos de propiedad, hacer cumplir los contratos, comerciar a través de fronteras y cerrar una empresa. Con todos estos datos se elabora una clasificación en la que este año España ocupa el lugar 33; ganando una posición con respecto al informe del año pasado.
Aunque la posición de España mejora, es todavía regular. Por eso el próximo Gobierno debe seguir haciendo reformas que impulsen la actividad empresarial, como pueden ser dar más facilidades para quebrar, acceder al crédito, hacer las gestiones relacionadas con el registro de la propiedad, conseguir permisos de construcción y abrir nuevos negocios. En este último aspecto este año España ha caído del puesto 78 al 82; y eso a pesar de que se han probado varios desarrollos reglamentarios encaminados a agilizar los trámites y reducir los costes y el tiempo empleado. En España todavía se necesitan 14 días para abrir un negocio cuando la media de los 189 países analizados es de 8,3.
3. Esta ligera mejora en el Doing business 2016 también se ha notado en el Índice de Libertad Económica 2015, que elabora The Heritage Foundation y The Wall Street Journal. España mejora cuatro décimas con respecto al año pasado, alcanzando los 67,6 puntos (siendo 0 un país donde las empresas están completamente controladas y 100 un país donde gozan de total libertad). Este ligero crecimiento de la puntuación se produce después de tres años de caídas. A pesar de la mejora, España mantiene el mismo puesto, en el ranking mundial, que ocupaba el año pasado, el 49 de un total de 178 países.
El Índice de Libertad Económica de The Heritage Foundation valora tanto las restricciones que tienen las empresas en materia fiscal, laboral, regulatoria y de corrupción de las administraciones públicas, así como la libertad de invertir, financiarse, hacer negocios, patentar, exportar e importar. El grado de libertad económica de España (+67,6) está por encima de la media mundial, que está en 60,4. Para calcular el grado de libertad se utilizan 42 variables, que en el caso del informe de este año corresponden a estadísticas del año 2013, las últimas disponibles para todos los países.
En resumen, parece que la economía española está siendo cada vez mejor percibida tanto por los informes periódicos de coyuntura de la Comisión Europea, el FMI y la OCDE como por otros estudios que realizan organismos internacionales y que se centran más en factores estructurales necesarios para la buena marcha de la economía. Es probable que en las próximas ediciones de estos estudios las reformas que viene realizando el Gobierno queden mejor recogidas al plasmarse con más intensidad en la actividad económica. Es el caso a) de la mejora de la competitividad; y b) del aumento del crédito a las empresas, gracias al saneamiento del sistema bancario. Conviene recordar, además, que algunos de estos estudios se han realizado con datos del año 2013 por lo que en próximas ediciones se podrían esperar mejoras en las calificaciones.
Aun así, en estos ránkings, España sigue estando muy alejada de los puestos de cabeza, por lo que hay que seguir insistiendo en la necesidad de hacer cambios. En general, se debería mejorar el marco de libertad económica y de reducción de costes que anime a los ciudadanos a asumir con más facilidad los riesgos inherentes a la actividad empresarial. Porque sin personas dispuestas a asumir esos riesgos, que son inherentes a la inversión y a la innovación, nuestro país no será capaz de generar los puestos de trabajo imprescindibles para reducir la elevada tasa de paro.
Conseguir dar más facilidades para hacer negocios permitiría dar el salto que se necesita para aumentar la creación de empresas y los niveles de competitividad que garanticen un mayor crecimiento económico futuro. Es decir, una mayor prosperidad para los españoles.