Entre gatos y palabras excepcionales, la casa madrileña de este célebre escritor y pensador– odia que le presenten como crítico literario– desprendía una luz preciosa de conocimiento y vida. Y es que el pasado lunes 23 de enero, Dragó lo volvió hacer: qué manera tan impresionante de analizar y encontrar las palabras exactas que expliquen los diferentes sin sentidos que nos rodean. La maestría inspiradora. Con su poder verbal abre paso a un sinfín de titulares y verdades como puños que muestran un mundo cojo y vacío de aquello que nos da significado y rumbo. El atributo más importante que tenemos los seres humanos y que nos diferencia del chimpancé: el sentido común. Cuánta razón.
Reacio a las nuevas tecnologías y a las múltiples consecuencias liberticidas que provienen del nacimiento de Internet, continúa recurriendo a los libros–actualmente se está leyendo treinta– para enfrentarse a la realidad.
Más moderno de mentalidad y esencia que muchos jóvenes de hoy en día, se atreve a decir que con sus cincuenta y siete libros publicados y varios programas de televisión a sus espaldas, se enfrenta a una nueva aventura literaria. Durante el confinamiento, retomó el libro sagrado del Apocalipsis de San Juan. Tras esta lectura descubrió que, en este libro escrito hace más de dos mil años, se contemplaba en su interior el futuro de la humanidad. Si nos quedamos en lo más obvio, esos cuatro jinetes del Apocalipsis simbolizan dos de las tragedias más inmediatas que, por desgracia, seguimos sufriendo: la guerra de Ucrania y la fatídica pandemia de la Covid 19. El resto de verdades apocalípticas, como indicaría en su momento San Juan, son el hambre y la muerte.
La libertad de expresión, la instauración de la cultura de la cancelación (woke) o la crisis de valores y educación, son algunos de los temas que Dragó comenta con especial elocuencia y con la palabra «respeto» durante el transcurrir de la entrevista: «No se puede sobrepasar el respeto a los demás. En el momento en el que lo sobrepasas, la libertad de expresión se convierte en “libertad de insulto”.
La independencia, la coherencia y lo más importante, la libertad, son a todas luces las características fundamentales que definen al gran Fernando Sánchez Dragó. Por muchos más años aprendiendo de sus ideas y palabras.