La cruda realidad es que España es el único país de la OCDE que no ha vuelto a la situación económica previa a la pandemia. También, es innegable que a veces nuestros ministros maquillan groseramente los resultados. Un ejemplo contabilizar como ocupados a los ‘fijos discontinuos’, aunque sólo trabajen un mes al año. ¿No sería más lógico que si un operario trabaja sólo un trimestre figurara con 0,25 entre los ocupados?
Uno de los indicadores que mejor revelan la salud económica de un país es la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), un concepto utilizado en el Sistema de Europeo de Cuentas (SEC). Estadísticamente se mide como el porcentaje de PIB que supone el valor de las adquisiciones de activos fijos nuevos o existentes, menos las cesiones de activos fijos realizados por el sector empresarial, los gobiernos y los hogares. En el análisis macroeconómico, la FBCF es uno de los dos componentes del gasto de inversión incluido dentro del PIB, que muestra cómo una parte del nuevo valor añadido en la economía se invierte en lugar de ser consumido. Dicho de un modo simplista es una valoración del porcentaje del PIB que permanece, como las mejoras de los terrenos, las viviendas, otros edificios, las estructuras (carreteras, puentes, etc.), maquinaria y equipos, pero también activos inmateriales como programas informáticos y demás propiedad intelectual.
El país europeo con mejor valor de FBCF es Estonia con 28,86%, una pequeña nación que es también líder en el Índice de Competitividad Fiscal. La segunda posición la ostenta Turquía (27,86%), a pesar de ser uno de los países con menor renta per cápita; la tercera es Hungría (27,19%), una nación que tiene algunos aspectos admirables, como su fiscalidad y otros que resultan difícil comprender, como su postura ante Rusia al necesitar su gas. España ocupa la posición 27 entre los 32 países contemplados, un mal lugar, lo que nos hace parecer más a Grecia, un país fallido. La posición de Luxemburgo es debido a que su riqueza proviene de sus ventajas fiscales y sus bancos y en el que las infraestructuras ya están hechas y amortizadas.
Una conclusión que me permite hacer el hecho de llevar haciendo ranking económicos bastantes años es que la verdad siempre si impone, y cuanto más mienten nuestros políticos para ocultarla, mayor es el deterioro a largo plazo. España ha perdido credibilidad internacional en la legislatura de Sánchez y en Europa lo saben. Lo peor que revela la salida de la matriz de Ferrovial de España es que demuestra la pérdida de atractivo que tiene nuestra nación para una gran multinacional. Este hecho lo agrava los insultos y las mentiras de los miembros del Ejecutivo monclovita sobre el presidente de Ferrovial. Además, resulta todavía mayor la vileza cunado estos ataques se han realizado, en buena parte, poor oportunismo ,para desviar la atención del caso ‘Mediador’ y del de la ley del “si es si”. Frente a los agravios de Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, contrasta la defensa de la compañía que, sin descalificar al Ejecutivo, ha mostrado las razones objetivas. El peor Gobierno de la democracia, tiene mucho postureo, pero en su ignorancia desconoce que cuando pone barreras que impiden la salida legal de una empresa de un país, lo que con toda seguridad provoca es levantar murallas que impiden que otras compañías vengan. Acabo defendiendo la importancia de la seguridad jurídica y la veracidad que implican los indicadores económicos, como elementos claves para que España tenga atractivo para invertir.