En ocasiones la realidad imita la ficción. Para aquellos que, como yo, crecimos en los complejos días de la Guerra Fría y asistimos al surgimiento de un nuevo tiempo con la unificación de Alemania, la disolución de la Unión Soviética, la creación y expansión de la Unión Europea y la paralela ampliación de la Alianza Atlántica, la globalización y el inicio de la Revolución Digital, entre otros grandes temas, resulta difícil creer la deriva política de Estados Unidos. ¿Cómo es posible que la gran potencia de nuestros días se debata entre la elección de Biden o Trump para ocupar la Casa Blanca? ¿Es que no hay nadie más que pueda ser elegido?
Ministro Cuerpo: la productividad de la economía es una tarea pendiente
Albert Guivernau, doctor en Economía y director de la Fundación Civismo, analiza en esta 'Carta abierta' el estado de la economía española y argumenta que los buenos "datos macroeconómicos no ayudan a entender cómo está la economía doméstica de los españoles". La...