Soto llamó a la reflexión sobre la capacidad de reacción ante estos problemas globales, y la necesidad de contar con mecanismos institucionales. Según él, el alarmismo social puede conducir a un excesivo poder coactivo del Estado, “mostrando el poder real que tiene el poder público sobre las personas”.
El director de Civismo no se posicionó a favor de la posible teoría conspiranoica de China, pues indicó que este país es el que ha quedado en evidencia y sufre en mayor medida las consecuencias económicas, sociales y políticas: “El gran beneficiado es Occidente”, remachó.
Respecto a la cumbre independentista, Soto habló de la disolución de España, una que se muestra a través de la atribución de competencias al PNV, como la Seguridad Social, así como en la gestión de las políticas penitenciarias por parte de los independentistas. Todo ello bajo el control judicial que ejerce el gobierno “social-comunista”.