El Parlamento ha concluido el debate de los presupuestos y PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra han aprobado únicamente sus 269 propuestas, mientras que han rechazado la totalidad de las 540 que presentó la coalición Navarra Suma. El sectarismo, cuando es ciego, lleva a no cuidar ni siquiera las formas. Aunque solo fuera por pura estética, debieran haber dejado pasar algunas enmiendillas de importes minúsculos. ¡Pues no! La coalición que manda en Navarra, una vez más, ha querido humillar a Navarra Suma y materializar su supremacía. No se explica ese alarde de prepotencia innecesaria. El pentapartito empuña el rodillo parlamentario con violencia, mostrando que están dispuestos a aplastar cualquier iniciativa que venga de los que piensan distinto.
A la mayoría de izquierdas y nacionalistas no le importan nada los navarros representados por el 40% de los escaños. Tan solo les interesa favorecer sus causas ideológicas. Por ejemplo, dotar con 700.000 euros la presencia del euskera en los medios de comunicación; con 150.000 euros, la contratación de personal técnico para acometer el conjunto de necesidades derivadas de la aplicación de la Ley del Euskera; con un millón de euros, las ayudas para la enseñanza de euskera a personas adultas; con 50.000 euros, las entidades locales para actuaciones en materia de Memoria, víctimas y Derechos Humanos; con 25.000 euros, el inicio del antimilitarismo y la insumisión en Navarra; con 17.000 euros, las acciones relativas a las “víctimas no reconocidas de vulneraciones graves de derechos humanos”; con 30.000 euros, una herramienta antibulos “para desmontar discursos racistas y xenófobos”; y con 30.000 euros más, los cursos de la Universidad Vasca de Verano.
Sin embargo, la apisonadora pentapartita rechazó enmiendas de Navarra Suma que tienen que ver con necesidades vitales. Pondré dos ejemplos: la primera, de 550.000 euros destinados a la captación de pediatras y que el PSN ya había presentado en la anterior legislatura. El Gobierno de Navarra recorta prestaciones donde existe déficit de facultativos. Así, ha quitado el servicio de Pediatría por las tardes en Barañain, y también la mitad de las plazas de pediatras de urgencia en el ambulatorio Dr. San Martín. Además, hay once de estas plazas médicas sin cubrir, lo cual afecta sobre todo a las zonas rurales.
Un segundo ejemplo, que estremece a todo aquel que haya visto el cáncer de cerca, es el rechazo de una nueva enmienda de Navarra Suma de 950.000 euros para mejorar la lista de espera en la atención de esta enfermedad. Recordemos que el cáncer causa la mayor mortalidad en Navarra, y que la lista de espera de las revisiones ha empeorado en los últimos cuatro años. Resulta muy cruel que el pentapartito prefiera gastar más de dos millones de euros en políticas públicas de Memoria que invertir 950.000 en adelantar el tratamiento de los pacientes oncológicos y evitar así posibles fallecimientos.
Otra necesidad es reparar las carreteras para evitar accidentes, lo que exige invertir 65 millones al año, pero solo gastarán 42,6. Tampoco hay dinero para desdobles en la N-121, pero sí 80.000 euros para los arreglos que ha elegido el pentapartito. Todo este despropósito queda retratado en la declaración de Inma Jurío: “Por aprobar una partida de 10.000 euros, no vamos a tirar por el suelo 4.000 millones de presupuesto”. Esto da a entender que las discusiones en el Parlamento son estériles, ya que todo estaba pactado por el pentapartito antes siquiera de comenzar el debate de las enmiendas parciales. Si, pase lo que pase, no van a cambiar su acuerdo cerrado, no tiene sentido hacer perder el tiempo a nadie. Cuando la prioridad de un Gobierno es adoctrinar, el sectarismo que provoca rompe la convivencia. ¿Quo Vadis, PSN?