El Sepblac le está proporcionando algunos de sus mayores dolores de cabeza al Gobierno. Aquí confluyen muchos organismos: el Ministerio de Economía, el Banco de España, el Tesoro, la CNMV, un batallón de fiscales (antidroga, anticorrupción, de la Audiencia Nacional), policías (nacionales, autonómicas), guardia civil y espionaje (CNI). Por esta razón, hay quienes consideran que cuando un informe llega a los órganos de coordinación del Sepblac, las filtraciones son inevitables.
Se dice que desde el Sepblac salió la información sobre la investigación a Rodrigo Rato que precipitó su detención a la hora del telediario nocturno del pasado jueves día 16.
Un día antes, en el Congreso se veía un asunto importantísimo, pero que quedó oscurecido: el papel del Sepblac en la acusación, intervención y ruina de Banco Madrid, la filial española de la Banca Privada de Andorra (BPA), denunciada por Estados Unidos como el eje de una red de blanqueo de dinero.
Existe polémica sobre si hubo o no precipitación del Gobierno a la hora de señalar al banco como un nido de delincuentes. También la hay sobre si el Banco de España intervino bien o mal. El Gobierno se ha defendido subrayando los delitos que supuestamente han cometido gánsteres rusos, jerarcas chavistas y mafiosos chinos. Pero resulta que ni siquiera EEUU, que detonó la operación, parece dispuesto a sancionar a las entidades.
El Gobierno intentó endosar a Zapatero el asunto, pese a que en 2011 la ministra Salgado había exigido garantías adicionales a Andorra. El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, señaló que «lo que contaminó la operativa de esta entidad española fue que cayera en esas manos» [andorranas]. A partir de ahí se arremetió contra el ex gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que firmó la venta en julio de 2011. También se atacó a José Pérez y Soledad Núñez, presidente y consejera de Banco Madrid, ambos ex altos cargos socialistas. Se dijo que Núñez, ligada a Miguel Sebastián, había intercedido en favor de los andorranos desde el consejo del Banco de España. Sin embargo, esa decisión nunca fue vista por el consejo, sino por la comisión ejecutiva, como confirmaron varios asistentes.
El miércoles, Fernández de Mesa volvió al Congreso con el rabo entre las piernas. Primero, afectado por lo de Rato, con quien trabajó. Pero después tuvo que admitir que no sólo Ordóñez autorizó la venta del Banco Madrid, sino que el famoso Sepblac emitió un informe favorable a los andorranos, apoyando la operación. «Vamos a pedir que se analice ese informe de nuevo», avanzó. Juan Moscoso, el portavoz de Economía del PSOE, no le dejó escapar: «Nos parece bien que el Gobierno haga lo que quiera, pero no deja de ser una novedad que se revise, de manera informal y sin procedimiento previsto, la decisión de un organismo como el Sepblac sólo por voluntad de un nuevo Gobierno». Los socialistas ya habían subrayado que el propio Guindos permitió en 2012 que otras dos entidades andorranas operaran en España: Crèdit Andorrà y Andbank. Moscoso se guardaba un as bajo la manga: «Nos gustaría saber qué dijo el Sepblac respecto a la autorización que en el año 2000, cuando era vicepresidente Rato, se le dio a Caixa de Catalunya para vender su participación del 100% en BPA».