Si se suman sus efectos desde 2004 (fecha en la que el movimiento secesionista comenzó a tomar fuerza con la negociación del Estatut), las pérdidas ascenderían a 18.535 millones de euros.
A falta de cifras oficiales, este estudio cuantifica la pérdida estructural de la contribución de Cataluña al crecimiento del PIB del conjunto de España, en comparación con la de la Comunidad de Madrid.
Otra aproximación metodológica que permite calcular el coste del procés es a través del Índice SCC de Riesgo Catalán, que representa la evolución de la incertidumbre asociada al movimiento independentista por medio de múltiples variables, como licitación oficial de obras, consumo de energía eléctrica, turismos matriculados, pernoctaciones hoteleras o pedidos industriales, entre otras.