1.-
Al final España parece abocada a nuevas elecciones ¿es mejor eso que un mal Gobierno?
Un Gobierno débil e inestable no podría acometer las reformas pendientes. En unas nuevas elecciones, los ciudadanos españoles podrán valorar mejor que en las del 20-D las propuestas de los diferentes partidos políticos y prever los comportamientos poselectorales de sus líderes, una vez que éstos se han retratado perfectamente durante los últimos meses. Ya no debería haber cabida para engañar al votante.
2.-
Usted ¿entiende que en un país como España, con los problemas que tiene, no sean capaces de ponerse de acuerdo los grandes partidos?
Es difícil de entenderlo. Me parece que a la clase política española le falta madurez democrática, por lo que no ha sido posible formar un Gobierno de coalición entre los partidos constitucionalistas, como es habitual en muchos países europeos y desde luego en el mío, Alemania, desde hace muchas décadas. No conozco otro país en la UE en el como en España los principales dirigentes políticos hayan practicado tras unas elecciones generales durante cuatro meses estériles ejercicios de personalismo, prepotencia y postureo con continuos cruces de reproches en vez de buscar pactos de gobernabilidad sostenibles.
3.-
¿Vamos a un año perdido en España para las reformas?
Sí, puesto que el nuevo Gobierno no empezaría a rodar antes de otoño. Y quedaría por ver si por lo menos se comprometería con reformas estructurales de calado, entre las que la de la administración pública debería ser prioritaria.
4.-
De momento la incertidumbre política se ha empezado a notar ya en la inversión, en el empleo,… España ha presentado un escenario económico con menos crecimiento y con más paro, déficit y deuda ¿es más realista o lo ve todavía muy optimista con la que está cayendo?, ¿ve posible bajar por ejemplo en esta situación el déficit al 3,6% de PIB?
No, porque incluso las nuevas previsiones pueden resultar demasiado optimistas. Aparte de la inestabilidad política en España, que frena la inversión empresarial, planean graves riesgos sobre la economía mundial que lastran el crecimiento global, lo cual afectará adversamente a la economía española al reducir el margen para las exportaciones. Por eso, la recaudación tributaria puede resultar menor de lo que piensa todavía el actual Gobierno en funciones. Y además está la incertidumbre de las comunidades autónomas, de las que muchas no están por la labor de la disciplina presupuestaria, concretamente en Cataluña y en las Comunidades en las que gobierna ahora la izquierda.
5.-
¿Por qué año tras año España es incapaz de cumplir los objetivos de déficit público?, ¿ha faltado más decisión con las comunidades autónomas?
El Gobierno de España no ha aplicado frente a las comunidades díscolas con contundencia los instrumentos previstos en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Si lo hubiera hecho, por ejemplo estableciendo un precedente con Cataluña, las otras comunidades autónomas se hubieran tomado más en serio sus compromisos con las autoridades centrales.
6.-
España ¿se merece otra prórroga de Bruselas?
Así como están las cosas, la Comisión Europea terminará concediendo una prórroga. Pero merecérselo, no. Entrar en la rutina de la prórroga tiene un incentivo perverso: el de no esforzarse para acometer los ajustes pendientes. España corre peligro de convertirse en un socio comunitario poco fiable. Con toda seguridad España se quedaría sin credibilidad si finalmente hubiera un Gobierno de izquierdas decidido a abrir el grifo del gasto público, a reclamar una reestructuración de la deuda exterior y a derogar reformas estructurales como la del mercado de trabajo, como vienen anunciando el PSOE y Podemos. Tarde o temprano los mercados financieros internacionales pasarían factura y la prima de riesgo sobre los bonos soberanos y corporativos aumentaría sensiblemente. Además, el país perdería atractivo para la inversión directa extranjera, lo cual reduciría el potencial de crecimiento y la creación de nuevos empleos.
7.-
Sorprende que a pesar del desvío constante de las cuentas públicas en España haya calado el mensaje del “austericidio” ¿lo ha habido?
Se trata de un mensaje deliberadamente sesgado. Es la cuidadanía española la que ha practicado austeridad en términos de reducción de salarios y pérdida de empleo. Pero el Estado, no. Si las Administraciones Públicas hubieran sido austeras de verdad, el déficit público hubiera desaparecido y la deuda pública hubiera disminuido marcadamente en vez de aumentar hasta cerca del 100% del PIB y alcanzar así niveles de insostenbilidad.
8.-
Desde Alemania se han lanzado críticas a la política expansiva del Banco Central Europea ¿las comparte?
Hay que diferenciar, cuando criticamos la política monetaria ultraexpansiva del BCE, entre lo que dicen nuestros políticos y lo que decimos los economistas alemanes. La crítica de los políticos es pura hiprocresía. Pues han sido ellos, con el ministro de Finanzas Schäuble a la cabeza, los que desde el primer programa de rescate para Grecia de mayo 2010 han empujado al BCE hacia la servidumbre de los intereses nacionales en materia de política presupuestaria: aliviar la refinanciación de la deuda pública y suavizar los requisitos de consolidación fiscal. El que ahora nuestros políticos critiquen al BCE se debe a que se han dado cuenta del enfado que tienen muchos alemanes (sus votantes) porque sus ahorros ya no devengan intereses. Los economistas, por el contrario, criticamos al BCE porque sus medidas no convencionales actuales no tienen visos de eficacia –problemas estructurales en la economía real no se pueden subsanar con políticas monetarias, véase Japón– y porque además el dinero casi gratis conlleva daños graves debido a las múltiples distorsiones que genera en la economía real y en los sectores bancario y asegurador. En vez de extralimitarse en sus funciones le aconsejamos al BCE a que inicie cuanto antes la vuelta a la normalidad situando los tipos de interés en niveles que reflejen adecuadamente la situación de mercado y la solvencia de los prestamistas. Aplicando la regla de Taylor, el tipo oficial de referencia tendría que estar alrededor del 2,5%. El BCE no ha sido creado para ejercer permanentemente de bombero de la zona euro.
9.-
¿Qué consecuencias tiene todo esto?, ¿se está incubando una burbuja de liquidez?
El sistema ya está inundado de liquidez. Los primeros síntomas de burbuja ya los detectamos en las bolsas y en los mercados inmobiliarios en diversos países. En la medida en la que la recuperación económica en la zona euro progrese veremos también los efectos inflacionarios.
10.-
Todo eso ¿puede seguir dando alas al populismo?
Me temo que sí. El euroescepticismo forma parte de las fórmulas populistas, tanto las de la izquierda revolucionaria (en España: Podemos de Pablo Iglesias, en Grecia: Syriza de Alexis Tsipras) como las de la extrema derecha (en Francia: el Front National de Marine Le Pen, en Alemania: la AfD de Frauke Petry). Es verdaderamente lamentable que tanta gente se deje seducir tan fácilmente por bonitas promesas y que no tenga en cuenta que o bien éstas no se podrán cumplir o bien llevarían la economía al desastre y con ello todos empobrecerían, sobre todo los grupos de la sociedad más débiles.