La mayoría de las legislaturas autonómicas se hallan próximas a finalizar. Es el momento de hacer balance y valorar la gestión de nuestros gobernantes. Un aspecto es el grado de acierto demostrado para facilitar la constitución de empresas, porque son las que aseguran la sostenibilidad del bienestar.
Hay dos tipos de políticas económicas: las que promueven la dinamización del tejido productivo y la generación de riqueza a largo plazo, y el cortoplacismo populista. Está comprobado en Europa que el populismo provoca una fiscalidad tan exigente que desincentiva el emprendimiento. Es un hecho innegable que nadie se arriesga a emprender si casi todo el beneficio del esfuerzo se lo llevan los tributos.
Se han seleccionado para el análisis tres años que corresponden en su totalidad a la legislatura que concluye. Según datos del Registro Mercantil Central, en el trienio 2016-2017-2018 Madrid fue la campeona en términos relativos de la constitución de empresas, lo que demuestra que liberalizar la economía y reducir los tributos incentiva el emprendimiento. Además, es la segunda en la que más ha crecido en su PIB regional.
Cataluña, al margen de las casi 3.000 empresas que trasladaron sus sede por el conflicto independentista, es la cuarta con un menor porcentaje en constitución de compañías. Lejos quedan aquellos años en los que esta comunidad ostentaba el liderazgo.
Baleares ostenta el segundo puesto en la constitución de empresas y la región que más ha aumentado su PIB en el trienio. Su punto débil es la poca diversificación de sus fuentes productivas, al depender absolutamente del turismo. La Rioja ocupa un tercer lugar en la constitución de compañías, pero éste impresionante emprendimiento no se ha traducido en generación de riqueza, pues es la comunidad en la que menos ha crecido porcentualmente el PIB.
Aragón es la cuarta región más emprendedora, con el mérito adicional de ser la tercera en la que más ha crecido el PIB.
Si vamos al final de la tabla se observa que Murcia, una región con un bienestar encomiable, es la cenicienta en creación de empresas. En otros lugares mediterráneos, donde también la industria alimentaria y el turismo son los sectores más pujantes, la economía sumergida suele ser relevante, pero no hay datos objetivos que permitan dilucidar si esta es la causa del pésimo emprendimiento.
Cantabria, a pesar de estar por debajo de la media nacional de sociedades constituidas en el trienio, ofrece el sorprendente dato de ser la segunda región con mayor aumento de PIB.
La segunda peor situación corresponde a Asturias, algo que indica una clara ausencia de actitud emprendedora. El Principado debe reinventar su tejido productivo si quiere mantener su gran bienestar. Otro mal dato es la abultada deuda frente a su PIB, que le hace ser la cuarta región de España en mayor deuda por habitante. Por último Castilla y León y Extremadura tienen un bajo emprendimiento, quizá debido a su escasa tradición industrial.