El coronavirus ya es una pandemia. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha rectificado su gracioso mensaje sobre los saludos entre personas y ha bloqueando sus fronteras y restringido la llegada de vuelos de origen europeo.
En Europa, la recesión para Alemania e Italia ya está más que descontada. Los efectos del coronavirus en la economía muestran una letalidad que no han mostrado otras epidemias. Una letalidad que, sumada a la desaceleración que ya venía experimentando la economía meses atrás, ha provocado la paralización total de la actividad económica. Italia ya ha anunciado el cierre de comercios y establecimientos, a excepción de los supermercados y farmacias.
Pero el sector más castigado por el coronavirus es el sector turístico porque, ante una situación en la que el tráfico migratorio se encuentra paralizado, el turismo es el sector que primero se resiente.
De acuerdo con las cifras que ofrecen de la UNWTO, la Organización Mundial del Turismo, el sector se encuentra en una dura encrucijada. Una dura encrucijada que podría llevar al sector a incurrir en pérdidas por valor de los 70.000 millones de dólares, unos 62.500 millones de euros. Teniendo en cuenta que los ingresos derivados por el sector turístico en el mundo son de 1,7 billones de dólares, las pérdidas ocasionadas por el coronavirus para el sector turístico representan un 4% de la totalidad de ingresos del sector.
Precisamente, el mismo crecimiento que experimentó el turismo entre el periodo de 2017-2018. En otras palabras, todo el crecimiento acumulado durante el 2018, ante el shock generado por la extensión vírica, se ha perdido. Y todo en cuestión de semanas, que es lo peor. De esta forma, ya podemos hacer una estimación de que el sector turístico, al menos este 2019, tendrá un crecimiento que, de llegar al 1%, debería quedar más que satisfechos. Sería absurdo pensar que el sector puede recuperarse de tal forma que remonte los crecimientos en los próximos meses.
Expansión
Aun así, en este asunto no está todo dicho. Las pérdidas que prevén nuestros socios se han cuantificado en el escenario actual. Ahora bien, nadie está previendo que la situación del coronavirus podría prolongarse. Si esto ocurre, estas pérdidas superarán el umbral de crecimiento, provocando contracciones en el sector turístico que, en otras palabras, obligarían al sector a registrar un año en negativo.
Pérdidas que, en algunos casos, ya se están consolidando. Dicho de otra manera, la quiebra de compañías tan destacadas como Flybe, la aerolínea regional más importante de Europa, así como la posible quiebra de Norwegian, ha provocado que, por ejemplo, en el caso de Flybe, esto se traduce en un despido de más de 2.000 efectivos que se encontraban empleados en la aerolínea.
El turismo, desde 2013, ha generado el 20% del nuevo empleo generado en el mundo. Es decir, dos cada diez empleos que se han generado en el mundo desde 2013, se han generado en el sector turístico. A su vez, la temporalidad, por ejemplo en el caso de España, del sector es muy elevada. Hablamos de que la segunda potencia turística del mundo presenta un temporalidad del 32%.
A nivel mundial, el turismo supone el 10,4% del PIB y el 20% de todo el empleo de nueva creación desde hace más de siete años. Por esta razón, es necesario adoptar medidas fiscales que traten de paliar, y suavizar, los efectos para un sector tan crucial y estratégico como el turístico.