«Todo acabará dependiendo de los jueces, que carecen de medios para abordar las tramitaciones»
Por E. Arenas
El economista Pedro Schwartz, uno de los referentes del pensamiento liberal en España, pronunció ayer en Gijón la conferencia ‘Falacias macroeconómicas y políticas peligrosas’. Organizado por el Ateneo Jovellanos, el acto sirvió también para presentar su último libro, titulado ‘La economía explicada a Zapatero y a sus sucesores’. Catedrático de Historia de las Doctrinas Económicas y profesor extraordinario de la Universidad San Pablo CEU, así como presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia de Madrid, Schwartz alaba la reforma laboral, pero cree que es muy amplia y que va a ser muy complicado aplicarla. -En su último libro mantiene que toda medida de política económica tiene consecuencias inesperadas y a menudo contraproducentes. ¿Qué le parecen las propuestas de Rajoy? -Yo critico que haya subido los impuestos a la primera de cambio. Con esa decisión espera aumentar la recaudación en 8.600 millones de euros, pero habrá que ver si ingresa esa cantidad porque una cosa es subir el tipo y otra bien distinta que aumenten los ingresos. -¿La reforma laboral? -Esta reforma laboral que ha puesto en marcha el Gobierno de Rajoy me parece demasiado complicada. Tiene cosas interesantes, pero todo acaba dependiendo de los jueces. Ahora ya no hay EREs, es posible, pero los expedientes que el empresario decida presentar se discutirán dentro de la empresa y si no hay acuerdo entonces decidirá el juez. El problema es que los jueces no van a tener medios para abordar esas tramitaciones, el juez de lo laboral tardará mucho tiempo en resolver. En todo ese trámite puede que la empresa no aguante. Los salarios de tramitación los han quitado y eso es bueno, pero las tramitaciones van a seguir siendo complicadas. -¿Qué es para usted lo más llamativo de esta reforma? -Que por primera vez en una ley laboral los malos no son la empresa ni el empresario. Ha cambiado el espíritu a favor de la empresa y eso es el principio de un cambio de mentalidad que necesitábamos en España. «Espero que no se arrugue» -Parece que habrá una respuesta social contundente -Sí, pero quienes la plantean son organizaciones sindicales cuyo funcionamiento debería cambiar en este país. Una nueva ley de huelga y de representación sindical es ahora muy necesaria. -¿Rectificará el Gobierno si hay huelga general? -Espero que Rajoy no se arrugue. La huelga general es un tigre de papel porque es el paro de un día y luego no pasa nada. Sin embargo, la gente ha visto las imágenes de las protestas de Grecia y creo que eso a los españoles nos ha avisado de que no se puede ir demasiado lejos en las protestas. -La otra gran reforma es la financiera, pero parece que ha nacido coja. -Tardaron mucho en ponerla en marcha y ese fue el problema. Esta reforma hay que hacerla bien, porque está claro que se trata del primer paso para crear empleo. Más que la reforma laboral. -Usted mantiene que el euro es una moneda artificial, que fue creada con fines políticos. ¿Tiene futuro? -Debe tenerlo. Lo que no quiere decir que no esté mal hecho. Una moneda no puede hacerse como bandera de nada y la moneda única fue bandera de la Unión Europea. Ahora resulta que el euro está fallando y da la impresión de que está fallando la Unión Europea. -¿Grecia? -El problema de Grecia es complicado, porque no está permitido que devalúen la moneda ni que salgan y, sin embargo, no se puede seguir financiando como se está financiando a Grecia. -¿Acabará bien la crisis del euro? -Espero que bien. Los portugueses están defendiéndose y nosotros con estas reformas también. Yo espero que lo de Grecia se arregle y no nos dejen sin euro. ¿Se imaginan lo que hubiera ocurrido si Zapatero hubiera contado con una máquina de hacer billetes? -¿Estamos ante una alerta nacional, como dice el Gobierno? -Eso es una exageración. Hay graves problemas, pero todos son solucionables. No es un tsunami. Es algo que podemos manejar y desde luego esto no es Grecia. De esta vamos a salir porque los ciclos se repiten. En el año 59 se produjo una crisis de un año y medio, que fue muy dura. Del 74 al 84 hubo diez años de crisis. Después vino la del 91 y después la del 96 y la de 2001. Estamos en un ciclo malo del que saldremos y desde luego no estamos ante una crisis como la del 29. -Mantiene que el estado del Bienestar no es sostenible -Todos estamos de acuerdo en que, al menos como lo hemos creado nosotros, no lo es y lo estamos demostrando. Se acaban de recortar las pensiones y en Madrid me dicen que el sistema sanitario no es sostenible por las autonomías. No pueden y les llevará a la quiebra. El estado del Bienestar por lo menos hay que volver a pensarlo. -¿Cómo se ven desde Madrid los acontecimientos políticos que se desarrollan en Asturias? -Como una auténtica locura y no se entienden muy bien. Es raro que un ex vicepresidente del Gobierno y durante muchos años secretario general del PP como Francisco Álvarez-Cascos se haya marchado del partido de esa forma y haya creado otra formación. -¿La industria tradicional quedará tocada por la crisis? -La industria se está defendiendo bien y el acero es un ejemplo de ello. Pasa por altibajos, pero que Mittal haya decidido invertir aquí creo que fue algo muy importante.
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