El economista político Juergen Donges, expresidente del Consejo alemán de Expertos Económicos, dio su visión del panorama que se abre en nuestro país tras las elecciones del 20-D, en una conferencia organizada en Pamplona por Think Tank Civismo y titulada: “Europa expectante frente a España. ¿Se harán los deberes económicos?”.
En ella, el que fuera asesor de Helmut Kohl y Gerhard Schröder planteó las repercusiones que tendría el que el nuevo Gobierno español fuera de izquierdas y, matizó, “con la participación de Podemos”. En ese hipotético caso, “en España podría ocurrir lo mismo que en Grecia el año pasado, cuando estuvo a punto de ser expulsada de la zona euro, y eso sería trágico, porque los esfuerzos que han hecho los españoles para sanear la economía habrían sido en vano. ¿Éste es el cambio que proponen? ¡Y encima con la etiqueta de progresista!”, subrayó Donges, quien añadió que “si España perdiera la voluntad reformista de los últimos años, la zona euro tendría un problema, porque es un peso pesado: su cuarta economía y representa el 10% de su PIB”.
Donges, profesor emérito de la Universidad de Colonia, apuntó que en principio habría que ser “optimista” con el punto de partida que se encontrará el Gobierno que tome posesión, ya que es mucho mejor que el que había cuando arrancó la pasada legislatura. Aunque reconoció que los niveles de ocupación siguen estando lejos de los que había antes de la recesión, que la tasa de paro juvenil es muy elevada y que la reducción del déficit aún resulta insuficiente, Donges aseveró que “España ya no es un país crisis, sino que ha pasado a convertirse en un soporte de la recuperación económica”, en alusión a su crecimiento de un 3,2% en 2015.
Pese a que indicó que en ello han influido “factores exógenos, como un euro depreciado, un petróleo barato o las políticas ultra expansivas del Banco Central Europeo”, señaló que otros países de la zona euro como Francia o Italia, que viven en el mismo entorno favorable, han experimentado crecimientos “raquíticos” de apenas un 1%, por lo que el despegue de España tiene más que ver “con los ajustes fiscales que ha aplicado y la reestructuración del mercado de trabajo y el sector financiero”.
Por todo ello, Donges aseguró que en Europa estarían “tranquilos” si España aprovechara “estos vientos de cola para continuar con las reformas y tener una economía dinámica”, lo cual es, a su juicio, la única forma de “poder profundizar en el Estado de bienestar”. Para lograrlo descartó “las medidas corto placistas de impulso de la demanda”, y abogó en cambio por las “reformas estructurales”, que pasan por fomentar la oferta. En consecuencia, prescribió una hoja de ruta que consiguió que otros países que atravesaron crisis similares a la española salieran de ella, caso de Holanda, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, y que se asienta en dos principios: la estabilidad macroeconómica y la eficiencia microeconómica.
La primera, explicó Donges, consiste, por un lado, en un control estricto del gasto público –“el cual no se traduce sólo en recortarlo, sino en elevar su rendimiento: menos aeropuertos fantasma y más sacar provecho a los servicios públicos como la Sanidad”–; y por otro, en una máxima efectividad de la recaudación tributaria: “Siempre que se suban impuestos, que sean indirectos, como el IVA, para no gravar la renta y el patrimonio y que no afecte a la inversión empresarial. También se hace mucho acabando con el fraude fiscal y haciendo aflorar la economía sumergida”, recomendó. En ese sentido, también defendió que se recupere el artículo 135 de Estabilidad Presupuestaria de la Constitución española, ya que constituye una herramienta eficaz para que no se desborde el gasto público.
En cuanto al segundo pilar que, en su opinión, debe sustentar la política económica del nuevo Gobierno, la eficiencia microeconómica, precisó que se logra eliminando las regulaciones superfluas que restringen innecesariamente la competencia, mejorando la empleabilidad de la fuerza laboral a través de una mejora y racionalización del sistema educativo, y fortaleciendo el entorno institucional para la innovación, de modo que no compitamos por precio sino por otros factores.
Donges concluyó apostando por una mayoría parlamentaria “de los tres partidos constitucionalistas”, ya que esto “trasladaría a Europa el mensaje de una continuidad reformista”, y añadió que para eso se necesita “una sociedad civil fuerte que defienda al Estado de acosos revolucionarios”.