Juan Félix Huarte, empresario navarro y presidente del Grupo Uriel Inversiones, ha alzado la voz para demandar a los gobiernos medidas de liquidez y flexibilidad en el empleo que eviten “una escabechina de empresas, especialmente pymes”.
El nieto de Félix Huarte realizó estas manifestaciones en un vídeo de la Fundación Internacional para la Libertad, entidad privada sin fines de lucro de la que forma parte y que se dedica a la defensa y promoción de los valores de la democracia liberal y el Estado de derecho. Una intervención que generó un enorme impacto en redes sociales, en gran medida por el contenido de su mensaje, que ratificó posteriormente a este medio: “La obligación de mantener el empleo tras el ERTE es absurda”. Sus palabras van en la misma línea de lo que ya manifestaron los hosteleros esta semana.
Ante el actual escenario, Huarte señaló que se debería facilitar el ajuste de plantillas “de forma rápida y sin coste”.
NavarraCapital.es contactó con él para conocer más en detalle algunas de las ideas planteadas en dicha intervención. Así, remarcó que la actual situación de confinamiento “es única” y que nos aboca “a una recesión larga y profunda”.
De modo que para evitar ese “drama en el bienestar y el empleo”, planteó dos medidas encaminadas a “garantizar la supervivencia del tejido empresarial y productivo”. La primera de ellas consiste en dotar a las organizaciones de una gran flexibilidad “para que puedan hibernar, aguantar y adaptarse a la caída brutal de la demanda que se ha producido”. La segunda, facilitarles “una gran liquidez para que sean viables y puedan salir adelante”.
Para el presidente del Grupo Uriel Inversiones, la flexibilidad “es imprescindible” porque en el actual estado de cierre obligado “si no hay demanda y se han dejado de consumir materias primas o electricidad, tampoco se pueden pagar salarios”. Ante ese escenario, opinó que se debería facilitar el ajuste de plantillas “de forma rápida y sin coste”.
El empresario: ¿problema o solución?
También señaló que las medidas planteadas a este respecto por el Gobierno español “van en la buena dirección”, pese a las “limitaciones y restricciones que aparecen en su letra pequeña”. En ese sentido, insistió en la “absurda obligación” de mantener el empleo seis meses después de que haya finalizado el correspondiente Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE): “No tiene ningún sentido porque no se sabe si para entonces la empresa seguirá viva o no”.
“Sin ingresos para sobrevivir, la única alternativa que queda es ajustar plantilla o irse a pique”.
Bajo su punto de vista, dichas limitaciones se deben a “esa vieja desconfianza que la izquierda siente hacia un empresario al que hay que atar en corto”. Una figura concebida como un problema y que el autor del vídeo de la Fundación Internacional para la Libertad negó tajantemente. “No conozco a ningún empresario que le guste despedir gente. Al contrario, es lo que más odia”.
De ahí que solicitara cierta comprensión. “Cuando no tienes ingresos para sobrevivir, la alternativa que queda para la futura reactivación es ajustar plantilla o irse a pique”. Aquí citó a los Estados Unidos, “una economía más flexible y más dinámica que la nuestra, donde rozan el pleno empleo y que lo tiene clarísimo”.
Un ecosistema en peligro
Con respecto a la segunda de las medidas planteadas, “es importante que la liquidez fluya de los bancos y los gobiernos centrales a aquellas empresas que lo necesitan para salir adelante”. Y advirtió de que si esto no ocurre, “se va a producir una auténtica escabechina, especialmente de pymes”.
Juan Félix Huarte subrayó que no se fía “ni un pelo de ningún gobierno”.
En este punto, reflexionó que “cuando una empresa muere, no solo desaparece el empleo, también un complejísimo y sofisticadísimo ecosistema de conocimiento y experiencias”. El peligro está en que para construirlo se tardan “muchísimos años” y si desaparece, “su recuperación, si alguna vez se logra del todo, requiere de un esfuerzo extraordinario”.
“Quiero creer que los gobiernos son conscientes de todo esto y que actuarán en consecuencia”, aseveró un Juan Félix Huarte que, al mismo tiempo, dijo no fiarse “ni un pelo de ningún gobierno”. Por el contrario, sí cree “en el empresario, en su optimismo, su capacidad inagotable para reinventarse y salir adelante en las situaciones más adversas”.