A pesar del progreso acaecido en el mundo entero, a día de hoy, todavía se habla de la brecha entre hombres y mujeres. Incluso en los países desarrollados, se perciben diferencias considerables en educación, remuneración o acceso a puestos de responsabilidad. Según un estudio de la OCDE (http://goo.gl/GvK49j), sólo una de cada 20 chicas se plantea estudiar una carrera de ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas, por uno de cada cinco chicos. Pese a que el Informe Pisa revela un desempeño similar en ciencias para ambos sexos, a la hora de abordar estas materias las féminas no muestran la misma confianza que los varones.
> Según un informe de Mises Institute (http://goo.gl/YN8b3f) el tipo de profesión y el nivel de responsabilidad del puesto explican casi en su totalidad las diferencias salariales entre hombres y mujeres. El Grupo ICSA (http://goo.gl/CS3Bl5), estima que las directivas españolas ganan un 17,5% menos que los hombres. Credit Suisse (http://goo.gl/6q8lkP) apunta que las empresas con al menos una mujer en su consejo de administración consiguen una mayor rentabilidad: un 26% más que las dirigidas sólo por hombres.
> En un congreso de la Universidad de Pensilvania (http://goo.gl/j7XgRalas) se mencionaba que las mujeres no negocian igual que los hombres, pues temen las reivindicaciones para no parecer agresivas. Jean Wharton comentó: «Los hombres piden cosas –ya sean puestos de trabajo, proyectos, compromisos– dos o tres veces más que las mujeres». Que las mujeres tengan el mismo salario que los hombres depende de ellas. Pero también de un cambio cultural que anime a padres y profesores a apoyar a las chicas que pretendan estudiar carreras en ciencias, tecnología o ingeniería, que suelen ser las profesiones mejor pagadas.