En un contexto en el que el Gobierno ha presentado las cuatro fases en las que se va a articular la desescalada del confinamiento, un estudio de Fundación Civismo estima que el valor monetario agregado de las vidas que se han salvado por esta medida asciende a 707.735 millones de euros, tomando como base de cálculo el Valor de una Vida Estadística (VVE). Esta herramienta indica el valor monetario asignado a una reducción marginal del riesgo de mortalidad.
Esta cifra total viene dada, según el informe, por la estimación de la OCDE de un VVE por persona de 2,77 millones de euros, y por las, aproximadamente, 255.500 muertes por Covid-19 que se habrán evitado entre el 14 de marzo y finales de junio gracias al confinamiento.
En el otro extremo, esta medida de distanciamiento social va a comportar un coste para los españoles de 522.797 millones de euros, es decir, unos 11.140 euros por persona. Este montante, que agrega el coste directo y el diferido, proviene de una caída estimada del PIB de un 42%, si se suma que descenderá en torno a un 17,57% entre enero y junio de 2020, mientras que la deuda pública aumentará un 24,5% respecto al cierre del cuarto trimestre de 2019, hasta situarse, tal como se prevé, en el 120%.
Por todo ello, el beneficio neto del confinamiento en términos de VVE agregado se sitúa en los 184.938 millones de euros. Pese a este efecto positivo, los mencionados indicadores apuntan a que esta medida puede haber llegado a su punto de inflexión.
Cualquier prolongación más allá del proceso de desescalada, o una paralización mayor de la economía española, la convertiría en una política pública regresiva sobre el conjunto del país. Así, su coste en forma de pérdida de calidad de vida, desempleo, o muertes por causas asociadas, pasaría a superar el beneficio social que ha implicado hasta ahora.