Desde el año 2003, se celebra cada 10 de septiembre el día Mundial para la Prevención del Suicidio. La importancia de la salud mental va ganado terreno en nuestra sociedad y, por ello, los organismos públicos están impulsando cada vez más programas de concienciación sobre esta lacra. Tal es el incremento de suicidios en el mundo, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha catalogado como un fenómeno de salud pública. No en vano, se trata de la principal causa de muerte externa en nuestro país y en el entorno europeo.
Según los últimos datos de Eurostat, atendiendo al rango de edad, los jóvenes son los que más casos de suicidio registran. Sin embargo, la tendencia en España es completamente opuesta a la del resto del continente, ya que aquí resultan más frecuentes entre mayores de 50 años. Durante 2016, se produjeron en nuestro país un total de 3.569 suicidios, de los cuales 2.662 correspondieron a hombres y 907, a mujeres. Por tanto, se observa una gran diferencia entre ambos sexos.
Los varones españoles en el tramo de edad de 50 a 54 años son los que más muertes concentran por esta causa, un total de 288, seguidos por aquellos de entre 40 y 44 años, con 275, mientras que los de entre 45 y 49 registraron 266 defunciones. Ocurre algo parecido con las mujeres, dado que son las de entre 50 y 54 las que representan más casos: 89. Muy de cerca les siguen las que tienen entre 65 y 69 años (88 muertes) y las de 45 a 49 años (83).
Por el contrario, en el conjunto de países de la UE predomina el suicidio de personas de entre 20 y 24 años. A medida que aumenta, la edad se va reduciendo la tasa de manera progresiva. Al igual que en España, en la UE se suicidan más los hombres, un 77% del total, con 41.296 defunciones, frente a las 12.220 de féminas.
En el conjunto de Europa, la tendencia es positiva, ya que los casos han descendido un 10,14% desde 2012, con 6.037 menos, al contrario de lo que ocurre en España, donde se ha contabilizado un 0,85% más. Un levísimo repunte, pese al cual nuestro país sigue siendo uno de los de la OCDE con unas tasas más reducidas: 6,9 por cada 100.000 habitantes. Aun así, estas cifras esconden una realidad escalofriante: en España, cada dos horas y media se suicida una persona, 10 al día, lo que supone duplicar a las víctimas mortales en accidentes de tráfico. Más de 8.000 lo intentan anualmente.
Por estados miembros, Lituania exhibe la mayor tasa, con un 28,27%, seguido de Letonia (18,56%) y Eslovenia (18,09%). En el extremo contrario, Chipre ostenta el porcentaje más bajo, un 3,89%, seguido de Grecia (4,29%) y Malta (5,33%).
En cuanto a las causas, el suicidio es un fenómeno muy complejo y multifactorial, en el que inciden de forma determinante las circunstancias personales, no tanto las materiales. Como se aprecia al poner en relación su incidencia con el PIB per cápita, no existe una correlación entre un mayor nivel de bienestar y una menor tasa de suicidio.