Los autores del trabajo distinguen tres tipos de populismo para elaborar su clasificación. Por un lado, el autoritario. Colocan en este punto a los que dicen «ser el verdadero representante del pueblo, elegido para combatir a una élite corrupta». «Movimientos que cargan contra los partidos tradicionales y apuestan por revertir el orden político y económico de forma rupturista», alojándose en los extremos, a la derecha o a la izquierda. Por otro, el separatista, «en el que prima el discurso territorial, pero también se incorporan postulados de extrema izquierda». Y queda uno. El tercero es el clave en el caso de Cantabria. «El populismo carismático, personificado por el liderazgo del polémico Miguel Ángel Revilla». La figura del presidente regional, distinguido como principal referente nacional de ese ‘populismo carismático’, es la base para que la región sea la tercera en el Índice de Populismo en España elaborado por ‘Think tank Civismo, por la sociedad y la libertad civil’, que ha trasladado a España un informe desarrollado por el investigador Andreas Johansson Heinö, del laboratorio sueco Timbro, sobre el nivel del populismo en Europa. Navarra y País Vasco acompa- ñan a Cantabria en este podio. Pero por motivos diferentes. Tres cuartas partes del ‘mérito’ regional, según las mediciones del trabajo, son cosa de Revilla.
El mapa que pintan en ‘Civismo’ pone a la comunidad autónoma en una zona roja. Un eje en el norte junto a vascos y navarros, que supera levemente a los catalanes y marca ya distancias con los valencianos. No es difícil entender los criterios que utilizan. Votos para Podemos e Izquierda Unida en las últimas elecciones y también los que los ciudadanos dieron a formaciones como ERC, Bildu, Geroa Bai, Compromís, Nueva Canarias… «Observando el largo plazo, nos encontramos con que la extrema izquierda española venía experimentando una cuesta abajo hasta que la aparición de Podemos permitió relanzar su agenda política de la mano del liderazgo carismático de Pablo Iglesias y de discursos, postulados y mensajes de innegable inspiración populista», aseguran desde este colectivo en el que, entre otros, figura el economista Daniel Lacalle.
Los números de aquí
Lo de Revilla es otra cosa. Su populismo es –dicen– carismático. «Lo que sí ha surgido en España son distintos ejemplos de líderes demagogos y populistas que consiguen cierto eco en clave autonómica o local, si bien no defienden planteamientos autoritarios», apuntan antes de hablar del dirigente regionalista. De hecho, para explicar el tercer puesto de Cantabria concretan que «el populismo carismático del candidato regionalista Miguel Ángel Revilla (29,89% de los votos) se suma al populismo autoritario de extrema izquierda que encarnan Podemos (8,89%) e IU (2,52%)». «El resultado de esta suma de fuerzas –prosiguen– llega al 41,3% del voto popular. Sin embargo, la agenda de gobierno de Revilla no sigue postulados de izquierda radical, tanto por la agenda relativamente moderada del PRC como por la influencia del PSOE, que también forma parte del acuerdo de gobierno».