La asociación Civismo ha otorgado a José Piñera el Premio Sociedad Civil 2016, un reconocimiento anual que este “think tank” (laboratorio de ideas) liberal concede a personalidades que se destacan por su labor en la defensa de la libertad y el fortalecimiento de la sociedad civil. Carlos Herrera, Albert Boadella o Esperanza Aguirre, quien entregó ayer el galardón a Piñera, han recibido este premio en ediciones anteriores.
José Piñera, exministro chileno de Trabajo y Previsión Social (1978-1980) y de Minería (1980-1981), fue el arquitecto de la exitosa reforma de 1980 del sistema chileno de pensiones, creando el primer sistema de capitalización individual del mundo en esta materia. Una idea que ha “exportado” a una treintena de países.
Para el “think tank” español, José Piñera es sin duda el más importante reformador del mundo de los sistemas de pensiones. Para Civismo las ideas y experiencias de Piñera son imprescindibles y deberían tenerse muy en cuenta en nuestro país, si se quiere evitar que estalle la “bomba de tiempo” que amenaza el bienestar futuro de la mayoría de los ciudadanos, dada la insostenibilidad del sistema público de pensiones español.
Durante el acto, celebrado en el Centro Riojano de Madrid, la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre se refirió a José Piñera “como un ejemplo” y destacó que no existen muchas personas en el mundo que hayan “hecho más por el sistema de pensiones”. Aguirre afirmó que “estuvimos a punto de implantar este sistema de pensiones”, refiriéndose al “modelo Piñera”, “aunque al final no fue posible”, se lamentó la política popular.
El “modelo Piñera” permite que el cotizante de un plan de pensiones obligatorio se beneficie del poder del interés compuesto para mejorar su pensión y sea el propietario de su fondo de pensiones, “transformándose así de proletario en propietario”.
José Piñera, doctor en economía por la Universidad de Harvard, ha sido considerado uno de los llamados “Chicago boys”, denominación empleada para los economistas liberales educados bajo la dirección de los estadounidenses Arnold Harberger y Milton Friedman (Universidad de Chicago). Éste último acuño el término “milagro de Chile” para designar las políticas económicas que llevaron a cabo sus discípulos en el país latinoamericano.