La publicación de Libertad Económica en España 2015 consolida un proyecto iniciado en el año 2008, cuyo objetivo es analizar el distinto grado de libertad económica que hay en las regiones españolas y apoyar la tesis de que la libertad económica mejora el crecimiento y el bienestar. Al tratarse de la cuarta edición de la obra, los economistas, políticos y otros lectores interesados disponen ya de una serie de datos que permiten seguir la evolución de cada una de las Comunidades Autónomas.
El índice se calcula a partir de doce indicadores, que reflejan el comportamiento del sector público en su doble rol de suministrador y financiador de bienes y servicios, por una parte, y de regulador de la actividad del sector privado, por otra. Los indicadores son los siguientes: Comercio, Educación, Medio Ambiente, Movilidad, Sanidad, Vivienda, Gasto Público, Esfuerzo Fiscal, Deuda Pública, Empleo Público, Impuestos y Transferencias.
En el informe de 2015, aunque la mayoría de las regiones españolas se encuentran en posiciones similares a las que ocupaban en la edición de 2013, algunas registran cambios importantes. Baleares gana cuatro puestos, pasando del 6º al 2º; y Aragón gana cinco, al pasar del 12º al 7º. Entre las que empeoran, llama la atención el caso de Murcia, que pierde seis puestos, pasando del 4º puesto al 10º.