La teoría del equilibrio general es una de las ramas más abstractas y formalizadas del análisis económico. Lo que este enfoque intenta es, básicamente, explicar el funcionamiento de una economía analizando, de forma simultánea, el comportamiento y la interacción de todos los mercados que la integran. Esto implica, por una parte, que los modelos son necesariamente complejos y requieren un tratamiento matemático sofisticado; y, por otra, que su propia ambición y formalización los aleja necesariamente de la práctica de la economía.
El análisis de equilibrio general tiene su origen en la obra del economista francés Leon Walras (1834-1910). Pero el enfoque moderno del tema se basa en el que se ha denominado modelo Arrow-Debreu, formulado por estos dos economistas en una serie de artículos publicados en la primera mitad de los años cincuenta. Y en 1959 uno de ellos, Gerard Debreu dio a la imprenta un libro importante sobre equilibrio general, Teoría del valor, que pronto se convertiría en un clásico del pensamiento económico moderno.
Había nacido Debreu el año 1921 en Francia; pero fue en Estados Unidos donde desarrolló su carrera académica. Formado inicialmente como un matemático puro, sólo después de terminar sus primeros estudios universitarios se interesó por la economía. Esta formación inicial se pone claramente de manifiesto en toda su obra. En sus ensayos, se observa, en concreto, una influencia significativa de los trabajos del grupo de matemáticos franceses, que bajo el nombre colectivo de Nicolas Bourbaki, se propusieron, desde la década de 1930, replantear con mayor rigor los fundamentos de su ciencia y crearon la que, con mayor o menor fortuna, es denominada la matemática moderna.
Lo más interesante de la obra de Debreu es, seguramente, su proyecto de axiomatizar la ciencia económica, lo que le permitió derivar sus proposiciones de forma lógica a partir de unos postulados claramente establecidos y generalizar resultados hasta entonces limitados al cumplimiento de una serie de condiciones formales, no siempre explicitadas de forma adecuada. Por ello, en 1983, fue galardonado con el premio Nobel de Economía.
Este enfoque ha sido criticado, sin embargo, desde diversos puntos de vista. Se ha insistido en que refleja una visión estática de la economía; en que, bajo la apariencia de un alto rigor analítico, se obtienen con él resultados de escaso interés para la ciencia económica; o en que la utilidad de los modelos de equilibrio general para la resolución de problemas económicos reales es extremadamente limitada. Pese a ello, su influencia en la formación de varias generaciones de economistas ha sido muy grande.
Hace algunos años se hizo una encuesta a estudiantes de doctorado en algunas universidades de prestigio norteamericanas y se les preguntó qué consideraban importante y no importante para triunfar en su carrera como economistas. La mayoría contestó que saber matemáticas era lo más relevante; y muchos añadieron que conocer el funcionamiento de la economía norteamericana era lo menos importante. No cabe duda de que la teoría del equilibrio general tiene algo que ver con tan curiosas respuestas.