El dramaturgo Albert Boadella ha entregado hoy en Madrid el Premio Sociedad Civil 2107 -concedido por Think Tank Civismo– a Cayetana Álvarez de Toledo, ex diputada y periodista de EL MUNDO, “por su defensa de la libertad” y por dar a los ciudadanos “mayor protagonismo en el espacio público” como portavoz y fundadora de la plataforma Libres e Iguales.
Al recoger el galardón, Álvarez de Toledo ha tenido palabras de agradecimiento a Boadella, “el mejor español”, una categoría, la de ser español, que “ante el drama de Cataluña, que se acumula al del País Vasco“, ha adquirido un valor nuevo: “el valor de la libertad, el valor de la igualdad y el valor de la fraternidad”.
De Boadella ha dicho que fue uno de los pocos que vio venir “la traición del nacionalismo catalán a los valores y pactos constitucionales” y uno de los pocos que reclamó “a los sucesivos gobiernos y a la ciudadanía una reacción”.
En su discurso, Álvarez de Toledo ha denunciado lo que ha denominado “la gran estafa nacionalista” en Cataluña, una situación que “no habría sido posible sin la complicidad activa de una sociedad dispuesta a ser estafada”.
La crisis provocada por el independentismo catalán no habría sido posible si desde las instituciones del Estado no se hubiera “aceptado el nacionalismo como animal de compañía”: “Le entregamos la educación, la televisión y la cultura, a costa de la libertad y las oportunidades de nuestros conciudadanos, le cedimos poder estructural a cambio de apoyo coyuntural, toleramos la violación de los derechos y las sentencias lingüísticas, reivindicamos la diversidad de España, pero jamás la de Cataluña. Esa la menospreciamos y anulamos…”, ha desgranado.
En ese sentido, la mayor victoria del nacionalismo no ha sido, en su opinión, “la propagación del miedo, sino de una mentira letal: la de que la libertad no compensa”.
Pese a todo, Álvarez de Toledo se ha mostrado optimista por el despertar de la sociedad civil silenciada hasta hace bien poco, con manifestaciones multitudinarias como la celebrada el pasado 8 de octubre en Barcelona, precisamente en “tierras de aquel Pujol adonde sólo se llegaba pidiendo permiso o perdón”.
A partir de ese momento, “Cataluña ya no es un asunto interno de Cataluña. Por primera vez, los españoles se han movilizado masivamente en su defensa. Se han desplazado a Barcelona, física y sentimentalmente. Han asumido el asunto catalán como algo propio. Lo han convertido en tema de conversación familiar, de inquietud personal. El perímetro moral se ha derrumbado. La costra de la corrección política se ha caído. El ídolo se tambalea”.
Álvarez de Toledo también ha hablado de las elecciones catalanas del 21-D, “unas elecciones, más que nunca, españolas” que deberían servir “para el fortalecimiento de España y su democracia”. Por todo ello, ha reclamado “cuidar y cultivar a la Cataluña que por fin tiene voz y visibilidad. Si acaso, pedirle perdón y luego pedirle su voto para hacer algo grande. Para propiciar un cambio que se extienda al resto de España. Para acabar con la gran estafa”.