La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha advertido de que «España está atravesando unas horas muy graves» porque «en el Gobierno hay una formación abiertamente guerracivilista cuyo objetivo declarado es derribar el 78 y un presidente que lo permite», lamentando al mismo tiempo que «el centroderecha trabaja vivamente para mantenerle en la Moncloa».
Díaz Ayuso recibió este martes el Premio Sociedad Civil 2020, otorgado por la Fundación Civismo, por «su valor cívico al luchar por una sociedad en el que las personas y las empresas puedan trabajar sin que las subidas de impuestos amenacen su bienestar y convirtiendo la Comunidad de Madrid en un inestimable reducto de libertad».
En el acto de aceptación, Díaz Ayuso ha trazado un análisis de la situación política actual, marcada por un Gobierno que «ha legislado para asumir poderes extraordinarios y evitar el control parlamentario durante nueve meses, aprobado leyes eugenésicas, suprimido el español como lengua vehicular, acabado con la libertad educativa y batido el récord de decretos leyes aprobados en democracia». Sin embargo, ha lamentado Ayuso que, al mismo tiempo, «el centroderecha trabaja vivamente para mantener a Sánchez en la Moncloa. Unos le damos libertad institucional, otros, manga ancha para no tener que comparecer ni siquiera en el Congreso y, otros, la manutención a través de los fondos europeos».
Isabel Díaz Ayuso ha lamentado cómo se ha llegado en España a una coalición socialcomunista: «El proceso de radicalización empezado con Zapatero ha llevado al Partido Socialista a compartir Gobierno con una formación abiertamente guerracivilista y cuyo objetivo declarado es derribar el 78. El líder de ese partido es hoy vicepresidente del Gobierno y ha amenazado a la oposición con no volver a sentarse en un Consejo de Ministros. Ha anunciado la extinción de la alternancia en el poder tras soñar guillotina para sus adversarios».
En este sentido, ha puesto el foco sobre Pablo Iglesias pero, especialmente, sobre quien le ha colocado como un «vicepresidente que dice que España no es una democracia plena y lo dice en Rusia, Venezuela e Irán». Señala Ayuso que «el presidente no le ha desautorizado. El vicepresidente dice que en España existen presos políticos y el presidente no le ha desautorizado. El vicepresidente dice que hay que convocar un referéndum en Cataluña, y el presidente no le ha desautorizado». Ayuso saca su propia conclusión: «Sólo se me ocurre una razón por la que no le desautoriza, y es porque piensa lo mismo».
Pero, con todo, lanza la presidenta de la Comunidad de Madrid un mensaje positivo para el futuro: «Pido que nadie se pregunte qué va a pasar, sino qué vamos a hacer. Es el momento de entregarse al rearme moral y político que la sociedad española necesita. Debemos servir a este objetivo para que nadie nos aparte de las metas que como nación libre trazamos hace 40 años».
La gestión de la pandemia
La Comunidad de Madrid se ha convertido en un ejemplo admirado en Europa de gestión contra la pandemia de coronavirus manteniendo, al mismo tiempo, una actividad económica viva para evitar que a la sanitaria se añada una crisis económica que al resto de España está afectando singularmente.
Díaz Ayuso recordaba que «hoy hace un año que tomé la decisión más difícil que un presidente puede imaginar, que es cerrar los colegios en la Comunidad de Madrid», algo que «se hizo en base a una estrategia clara, que era no colapsar el sistema sanitario y tener tiempo suficiente para poder triplicarlo, rompiendo los estigmas que en muchas ocasiones han llevado a no hacer nada y cruzarse de brazos».
Isabel Díaz Ayuso no olvida que ha tenido que luchar contra una pandemia vírica y contra un Gobierno central que en no pocas ocasiones ha llevado una estrategia de clara confrontación con la iniciativa que desde la Comunidad de Madrid se llevaba, incluso cuando, a la postre, se han acabado por copiar varias de las medidas avanzadas desde la Casa de Correos. «Han desconfiado de las cifras de Madrid cuando las cosas iban bien, han aumentado las cifras de Madrid cuando las cosas iban peor, cuando nosotros nunca hemos hablado mal de ninguna comunidad autónoma», ha relatado la presidenta.
Ha recordado cómo se «han manipulado constantemente los datos para hacer sangre contra Madrid, siempre de manera sesgada y torticera, llamando a las huelgas, a las manifestaciones, a los sabotajes, de una forma nunca vista hasta el momento, desleal e injusta».