Transparencia cuestionable
27 de agosto de 2015
Por admin

El riesgo de China se agrava por la sospecha que despiertan sus cifras oficiales

Uno de los motivos por los que los mercados recelan de China es la desconfianza. Donde no hay libertad, la información está bajo sospecha. Son muchos los analistas que dudan de las cifras de esa enorme nación. Se cuestiona si el crecimiento ha sido tan alto tantos años. Existe una perplejidad razonable sobre la veracidad de los balances de los organismos centrales y regionales de su Administración. Sorprende que las cuentas de resultados de las empresas y bancos resulten siempre tan espectaculares.

De China sabemos bastante de lo que resulta evidente, como su insuficiente seguridad industrial y el precario cuidado del medio ambiente, pero tenemos una gran incertidumbre de lo que no es obvio. Por ejemplo, ¿cómo pudo crecer China en 2008 y 2009 a un ritmo próximo al 9% y disminuir sus importaciones de petróleo en ese período?

Los mercados son poco crédulos de las cifras macroeconómicas oficiales que reciben de este país, lo que les lleva a penalizar el riesgo de su gigantesca economía. La volatilidad salvaje de la Bolsa de Shanghái puede que no sea un fenómeno aislado y esporádico, sino la consecuencia de una economía sumida en una grave crisis estructural.

China saldrá fortalecida de esta situación si prioriza el realismo económico a un supuesto éxito político. Aceptar que se ha crecido demasiado deprisa debe llevar a introducir ajustes dolorosos que aseguren un aterrizaje suave, lo que consolidaría el «milagro chino». Resulta más definitivo para un largo plazo crecer menos, pero hacerlo mejor, lo que supone aumentar la productividad.

Jon Hilsenrath, periodista jefe del Wall Street Journal que cubre la Reserva Federal, dice que China es como un CDO (un bono de titulación de deuda); se sabe si es un bono basura cuando se le somete a estrés. Sinceramente, preferiría que a sus bancos no les practicaran un test de esfuerzo, como el que soportó la banca española. China tiene tal tamaño que si suspende no es rescatable y su recesión hundiría la economía global.

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