El avance tecnológico es una de las referencias más válidas para valorar el futuro de la economía de un país. Las diecisiete tecnologías de frontera, que se recogen el gráfico, constituyen los indicadores más precisos para evaluar el potencial de futuro que tiene una nación. Los países que estén más adelantados en las materias más punteras serán aquellos que, no solo liderarán la expansión económica, sino que mandarán en un mundo que, nos guste o no, estará sostenido por el control de la alta tecnología.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) acaba de publicar su informe 2023 sobre tecnología e innovación. Este estudio no sólo clasifica a los países por su avance tecnológico, sino que señala además qué tendencias marcarán el futuro. Entre estas destaca la apuesta por una imparable transición hacia las tecnologías verdes, al hacerlas una fuente de oportunidades, tanto para amortiguar el cambio climático, como para impulsar las economías de los países en desarrollo.
El informe evalúa en 166 países el nivel de preparación para empezar a utilizar tecnologías de vanguardia mediante cinco indicadores: despliegue de las tecnologías de información y comunicación (en las que el país líder es Islandia), capacidad tecnológica (el líder es Australia), investigación y desarrollo (el líder es China), actividad industrial (el líder es Irlanda), y acceso a financiación (el líder es Hong Kong).
Aunque el ranking de hoy tan solo recoge los países que pertenecen a la OCDE, señala también el puesto obtenido en los 160 países evaluados. Los cinco países mejor clasificados en la puntuación global (la que integra los cinco indicadores) son: Estados Unidos, Suecia, Suiza, Países Bajos y Corea. España ocupa la honrosa posición 21.
Este informe es una gran referencia para priorizar las inversiones tecnológicas con mayor potencial en el futuro. Sin embargo, sería un error que un gobierno primara su financiación desmesuradamente, a costa de descuidar los sectores que más mano de obra proporcionan. Por ejemplo, el turismo, un sector clave en el que trabaja un 11,4% de la población española. Otra consecuencia de este informe debiera ser el cuestionar la actual Ley de Educación, porque no propicia la formación en las materias que fundamentan las nuevas tecnologías.