La viabilidad del bienestar de la jubilación no se encuentra entre las preocupaciones de nuestros gobernantes, ni tampoco inquieta demasiado a la mayor parte de la sociedad. Los problemas urgentes e inmediatos como la pandemia, la crisis económica, el cambio climático, la precariedad del mercado laboral o la justicia social reclaman una mayor atención.
La viabilidad del bienestar de la jubilación no se encuentra entre las preocupaciones de nuestros gobernantes, ni tampoco inquieta demasiado a
la mayor parte de la sociedad. Los problemas urgentes e inmediatos como la pandemia, la crisis económica, el cambio climático, la precariedad del mercado laboral o la justicia social reclaman una mayor atención. Lo que pasa más desapercibido es que todas esas materias van a provocar, en pocos lustros, que la calidad de vida de los jubilados tenga que reducirse sensiblemente, porque faltará financiación. Para analizar como afectarán esas amenazas, nos serviremos del Global Retirement Index (GRI), un índice multidimensional desarrollado por Natixis Investment Managers y CoreData Research, del que en España se ha hecho eco el Círculo de Empresarios.
El GRI examina los factores que favorecen la seguridad en la jubilación y proporciona una herramienta que permite comparar las diferentes políticas de los 44 países analizados. Estas variables son (1) la salud, que a su vez depende de la esperanza de vida, el gasto que el Gobierno destina a cada jubilado y el que cada particular realiza por su cuenta; (2) la financiación de la jubilación, medida en función de la tasa de dependencia, la inflación, la presión fiscal y la deuda pública; (3) el bienestar material, que descansa sobre la igualdad de ingresos, el ingreso per cápita, y el desempleo, en cuanto que la disminución de cotizantes reduce los fondos disponibles para las pensiones, y (4) La calidad de vida, evaluada a partir de la tranquilidad y
factores medioambientales como el estado del aire y del agua.
De los 44 países estudiados, España ocupa el lugar 18 en calidad de vida, el 21 en salud, el 20 en financiación y el 39 en bienestar material. La integración de los cuatro factores constituye el GRI, en el que España ocupa
una posición global 32. Los líderes son Islandia y Suiza (82%), Noruega (80%), Irlanda (79%), Países Bajos y Nueva Zelanda (77%), Australia (76%) y Canadá (75%). En los peores puestos se hallan India (9%), Brasil (36%), Turquía (40%) y Grecia (41%).
El GRI de este año destaca cuatro riesgos atribuibles al covid. El primero proviene del impacto que van a suponer en el medio y largo plazo la recesión global y la destrucción de empleo. El segundo responde al deterioro en la rentabilidad de los planes de pensiones, causado por la expansión monetaria. El tercero lo origina la mayor tolerancia a elevar el gasto público, lo que compromete la sostenibilidad de la deuda en el medio-largo plazo.
Y el cuarto lo ocasiona el aumento de la contaminación y el calentamiento global, en cuanto que pueden pasar factura a la salud de los más vulnerables. Según la OCDE los países en los que las mujeres jubiladas viven más años son Francia (26,9 años) y España (26,6). En el caso de hombres son Francia (22,7), Grecia (21,8) y España (21,7). Esta expectativa de longevidad de los franceses y españoles hay que preverla con tiempo, algo que en nuestra nación se está descuidando por el enorme déficit de
la Seguridad Social. ¡Menudo panorama!