El think tank (laboratorio de ideas) Civismo calcula que un gallego debe dedicar los 182 primeros días del año en su puesto de trabajo a pagar impuestos.
–¿Los gallegos son conscientes de que trabajan hasta el 1 de julio para pagar impuestos?
–No creo. Gran parte de lo que estamos pagando son cotizaciones a la Seguridad Social, que supuestamente las paga la empresa, pero en un periodo como éste y cuando el desempleo es tan elevado, las cotizaciones al fin y al cabo las soporta el trabajador. Cuando una empresa nos contrata no piensa en el salario bruto que nos va a pagar, sino enel coste total que le va a suponer. En España el salario medio es de 24.400 euros, pero el coste laboral para la empresa llega a 31.000.
–¿Y cuál es la relación de España respecto a los países del entorno en este mismo aspecto?
–En España la tributación del trabajo es muy elevada. Si comparamos las cotizaciones a la Seguridad Social, que solo cubren la jubilación, aquí pagamos entre ocho y doce puntos más que en países como Alemania, Francia, Suecia o Bélgica. El primer paso que se tiene que dar es que las cotizaciones del empresario estén incluidas en el salario bruto, además de bajarlas.
–Lo que tenemos entendido es que los primeros 12.000 euros están exentos de tributación. ¿Es así realmente?
–En Reino Unido las primeras 8.000 libras no cotizan ni en IRPF ni en Seguridad Social, pero en España sí. Y al tipo máximo, además: el 36,25%. El Gobierno nos dice que en España la gente que cobra menos de 12.000 euros no paga impuestos, pero lo que no abona es IRPF. En cambio están cotizando a la Seguridad Social 4.350 euros.
– En Civismo aseguran que este nivel de presión fiscal favorece la economía sumergida. ¿Por qué?
–Tomamos, por ejemplo, el caso de un autónomo. Cobre algo o no cobre nada él tiene que pagar a la Seguridad Social 350 euros de entrada cada mes, pero en otros países abonan un porcentaje de sus ingresos. Si un mes cobras 300 euros, pagas 30 euros, por ejemplo, el 10%. En España hay unas barreras de entrada al mercado laboral que hacen que mucha gente no declare si tiene ingresos muy bajos. Un informe del Institute of Economic Affairs de Reino Unido analiza la influencia del IVA y otros impuestos indirectos sobre las rentas más bajas, y concluye que estos impuestos perjudican especialmente a la gente más pobre. Ellos cotizan en impuestos indirectos un 37% de sus ingresos frente a un 15% de personas con rentas más altas.
–¿Es el verdadero motivo por el que la economía sumergida en España alcanza un 20% del PIB?
–Depende tanto de los impuestos al trabajo como de los indirectos, pero en España hay una razón también cultural. El Estado no debería intervenir tanto en nuestras vidas.
–Hacen hincapié en los impuestos que se lleva la Seguridad Social. Pero, ¿es posible acometer una rebaja en este caso sin perjudicar la recaudación?
–Sí, y le voy a matizar dos cuestiones. Las cotizaciones a la Seguridad Social se pueden reducir, y si hay más gente trabajando se va a recaudar más. También es necesaria una reforma de las pensiones. El mileurista de hoy en día paga un 36% a la Seguridad Social, pero nadie le asegura que vaya a tener la pensión que merece cuando se jubile. Él está pagando las pensiones de la gente que está jubilada ahora, nadie puede garantizarle la pensión.
–¿Y el segundo matiz?
–Hay una confusión que existe en España de que las cotizaciones a la Seguridad Social pagan la sanidad, pero ya no cubre ni el desempleo ni la sanidad. Esto cambió hace más de 16 años, pero como nuestra tarjeta sanitaria nos la emite la Tesorería General de la Seguridad Social, pensamos que se financia así. La sanidad se financia a través de los presupuestos de las comunidades autónomas.
–¿Le parece factible la recomendación del gobernador del Banco de España de ahorrar para un plan de jubilación teniendo en cuenta que el salario más habitual es de 15.000 euros?
–No, y es lo que estamos defendiendo. Sin una rebaja sustancial las cotizaciones entre ocho y doce puntos, en España no se puede hablar de ahorro privado, y más para las rentas bajas. Los que menos cobran tienen que tener un mínimo exento que no cotice a la Seguridad Social, y esa exención tiene que implicar que esa persona cobre más y lo pueda aportar a un plan privado.
–Entonces, ¿el sistema de pensiones no es sostenible?
–No es sostenible ahora, pero tampoco lo era antes. El sistema estaba a punto de quebrar hace diez años, pero con la entrada masiva de inmigrantes el problema se retrasó, fue pospuesto, pero no desapareció. En 1999, como el sistema estaba a punto de quebrar, se quitó la sanidad de las cotizaciones a la Seguridad Social y previamente se había sacado el desempleo. Hay que repensar el modelo y ver cómo se soluciona. España no tiene reconocida la deuda que tiene con los pensionistas actuales y futuros.