Uno de los temores más extendido entre los economistas es que los españoles salgan de la crisis con empleos más precarios en los que se requiere menos cualificación y que aportan menor valor añadido. En este sentido, apuntan que el grueso de los puestos de trabajo creados durante los últimos meses se ha concentrado en sectores como el turismo, el comercio minorista o la agricultura. Sin embargo, los datos parecen negarlo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) clasifica los trabajos en alta, media y baja cualificación, según el grado de razonamiento abstracto y la rutina requerida. En la primera categoría encuadra a directivos, profesionales científicos y técnicos; en la segunda, a administrativos, funcionarios, trabajadores cualificados de la industria y, en general, el sector primario; y en la tercera, coloca a operarios y a personal dedicado a ocupaciones elementales, servicios personales, restauración y comercio. Desde el primer trimestre de 2010 (el primero de la serie estadística autonómica) al tercero de 2013, los empleos de alta cualificación han pasado del 32,8% del total al 32%, mientras que los de media cualificación suponen ya el 24% (un 0,5%menos). Diferencias muy pequeñas que, sin embargo, se hacen mucho más palpables en las regiones. Solo dos autonomías han mejorado el peso de los dos segmentos de empleo con más valor añadido: Madrid y Asturias. La primera gana dos puntos porcentuales en la alta cualificación y se mantiene en la media, mientras que la segunda se sube otros dos en la categoría intermedia y gana cuatro décimas en la más alta. País Vasco y La Rioja ganan peso entre los profesionales medios, lo que contrasta con su caída entre los de más cualificación.
En segundo lugar vienen las comunidades donde pierden peso los directivos, pero almenos lo ganan los técnicos: Castilla y León (sube un 0,3% entre la cualificación media); Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia (0,4% en los tres casos); Navarra (0,9%); Cantabria (3,8%); La Rioja (2%) y País Vasco (4,4%). Baleares, al contrario, gana peso entre los puestos de alta cualificación a costa de una gran pérdida de profesionales técnicos. Por último, tenemos los casos de aquellas regiones que destruyen el empleo cualificado, ya sea medio o alto: Extremadura (pierde 5,2 puntos entre ambos tramos), Murcia (-4,1%), Aragón (-3,7%), Cataluña (-3,1%), Canarias (-3%) y Comunidad Valenciana (-2,5%).
El caso de Cataluña frente a Madrid es muy sintomático, aunque ambas comunidades comparten un rico tejido empresarial. La primera espanta a sus directivos a base de recargos fiscales al IRPF y al Patrimonio, al tiempo que evita la creación de puestos de trabajo cualificados que requieren un planteamiento a largo plazo debido a su inestabilidad política. Por otra parte, en líneas generales, las cifras muestran que el auge del empleo comercial por la liberalización de horarios en Madrid no reduce el trabajo cualificado. La razón reside en que el aumento del empleo en unos sectores crea trabajo en otras áreas, como es el caso del marketing, la contabilidad o los encargados de nuevas tiendas. Tratar de mejorar la cualificación media a base de obstruir las ocupaciones más elementales resulta un error, ya que eso solo genera paro entre quienes lo tienen más difícil para encontrar trabajo.