Ayer conocimos la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre. Sigue el proceso de contracción del mercado laboral español. En el primer trimestre de este año, se ha producido una reducción de la población residente en España en 6.200 personas, de la población activa en 127.400 personas y de la ocupada en 114.300 personas. La disminución de la población activa sigue la tendencia de caída iniciada en el año 2012; desde entonces, se han perdido 461.000 trabajadores activos. Las razones de este abandono del mercado de trabajo pueden ser varias: a) formarse mejor y adecuarse más a las necesidades que tienen las empresas, b) dedicarse a las tareas del hogar, c) trabajar en la economía sumergida y d) irse a otros países, algo que están haciendo de forma más intensa los trabajadores extranjeros.
Precisamente la población extranjera residente en nuestro país es la que presenta un perfil más acusado, ya que lleva contrayéndose ininterrumpidamente desde el cuarto trimestre del año 2009. En el primer trimestre de este año, la población extranjera con más de 16 años se redujo en 25.300 personas, los activos en 24.300 personas, los ocupados en 28.000 personas y los parados aumentaron en 3.700 personas.
Una perspectiva más amplia del mercado laboral español muestra que en los últimos doce meses se ha producido un aumento de la ocupación en más de 500.000 empleos. Los mayores crecimientos anuales se han dado en la industria (142.500 nuevos trabajadores) y en la construcción (118.500 empleados más), sectores que destruyeron mucho empleo en los años más duros de la crisis y que ahora comienzan a recuperarse.
Sin embargo, como ya viene siendo habitual, la mayor parte de los nuevos ocupados del último año han encontrado empleo en el sector servicios (334.900 nuevos trabajadores). Un fortalecimiento de este sector que también se ha podido comprobar en el Índice de Actividad del Sector Servicios publicado esta semana por el INE, que ha aumentado un 3,3% desestacionalizado entre febrero de este año y el mismo mes del año pasado. Este importante crecimiento ha sido consecuencia del avance del comercio, especialmente de la venta y reparación de vehículos (que avanza un 17%), aunque también gracias al auge de las actividades administrativas (un 4,1% más). Por su parte, los servicios turísticos continúan creciendo con rapidez. El último informe de movimientos turísticos en fronteras (Frontur) indica que en el mes de marzo visitaron España 4,2 millones de turistas extranjeros (un 6,7% más que el año pasado), que se dirigieron en su mayoría a Canarias y Cataluña.
ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS
En definitiva, el mercado laboral español se está recuperando; aunque este proceso está teniendo aspectos positivos y negativos.
Hay indicadores que señalan una mejoría en la calidad del mercado laboral en el último año: 1) se ha creado más ocupación a tiempo completo (413.600 empleos) que a tiempo parcial (90.600 empleos). 2) Los parados entre 15 y 24 años han disminuido en 99.300 personas, lo que ha permitido que la tasa de paro juvenil haya descendido en el primer trimestre hasta el 51,4% desde el 55% que alcanzó hace doce meses. 3) Hay 40.700 trabajadores por cuenta propia más, y de ellos 3.000 dan empleo a otros trabajadores.
Sin embargo, también hay datos que muestran aspectos negativos del empleo de los últimos doce meses: 1) el sector público ha incorporado 36.200 trabajadores, de los cuales el 80% en el primer trimestre de este año electoral. 2) El 70% de los jóvenes entre 16 y 19 años siguen sin encontrar empleo, probablemente por carencias en su formación. 3) La cifra de hogares en la que todos sus miembros están desempleados continúa siendo excesiva (1,8 millones de hogares), y en el primer trimestre del año ha aumentado un 1,5% respecto al trimestre anterior.
El importante aumento de la ocupación en los últimos doce meses es el resultado del mayor crecimiento económico que se viene produciendo desde mediados de 2013.
SE RECUPERA LA DEMANDA INTERNA
Además, sabiendo que el aumento del empleo en términos desestacionalizados ha sido del 0,43% en el primer trimestre, podemos esperar que el crecimiento económico de España entre enero y marzo sea del 0,8% anual, tal como ha anunciado el Banco de España. Una información que viene avalada por los Índices de Entradas de Pedidos en la Industria publicados esta semana por el INE. Estos índices muestran por adelantado cómo se va a comportar el sector industrial en el futuro y, en esta ocasión, señalan un importante aumento de la producción industrial de bienes de equipo (8,2% más) y de bienes de consumo duradero (7,9% más).
Por tanto, todo apunta a que la economía española está creciendo cada vez con más fuerza y seguirá haciéndolo en el futuro. Sin embargo, los ciudadanos no perciben esta mejora. En estas mismas páginas, Ángel Laborda comentó que ni siquiera la considerable mejora del mercado laboral (medio millón de empleos más en sólo un año) es percibida como recuperación económica por parte de la mayoría de la población.
En términos generales, los ciudadanos toman como referencia el comportamiento de la demanda interna para saber si la economía avanza adecuadamente. Por ese motivo, como la demanda interna sufrió mucho más la crisis que el PIB, también necesita una recuperación más intensa. Afortunadamente, el consumo realizado por las empresas y las familias que viven en España cada vez es mayor, por lo que es de esperar que los ciudadanos comiencen a notar paulatinamente una mejoría en su nivel de vida. Sobre este aspecto, los últimos datos de matriculaciones de turismos publicados esta semana muestran un aumento del 32,2% anual en el primer trimestre, el mejor dato de los últimos cinco años gracias al Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (Pive).
Así las cosas, para mantener y seguir mejorando este buen comportamiento del mercado laboral español, que es una de las bases del crecimiento económico, hay que continuar eliminando sus rigideces. Entre las posibles medidas se encontrarían: mejorar la cualificación de la mano de obra para que tenga un nivel de formación adecuado para encontrar un puesto de trabajo, simplificar los tipos de contratación siguiendo una tendencia hacia la creación de un contrato laboral único, evitar la exclusión social de jóvenes y de parados de larga duración mediante una cierta moderación salarial para ayudar a su inserción laboral y, por último, reducir las cotizaciones sociales; especialmente las relacionadas con la I+D, para lograr una producción de alta intensidad tecnológica y elevada productividad que nos ayude a consolidar un crecimiento económico competitivo y duradero a largo plazo.