Los principales pronósticos muestran una pesimista situación para el empleo en España. En casi todos los escenarios, la tasa de desempleo podría rebasar el 20%, agravando el desempleo estructural en plena crisis económica.
Cabe destacar de dónde venimos. El mercado laboral español venía cosechando un claro enfriamiento en la creación de empleo que, además, provocó la concentración de empleo en determinadas ciudades con una mayor tasa de actividad. Ciudades que, como Madrid, llegaron a concentrar el 85% de los empleos creados durante el último trimestre del ejercicio pasado. Un dato que refleja esa asimetría que, por otro lado, también refleja la dificultad del gran conjunto restante de comunidades autónomas que se ven más perjudicadas a la hora de crear empleo.
Un escenario precedido de una desaceleración económica que nos llevó de crecer a tasas interanuales superiores al 3% a registrar caídas del 2% en el dato interanual registrado durante el ejercicio pasado. Dado que la economía española es una economía procíclica, la desaceleración provocó ese enfriamiento en la creación de empleo.
Hay que destacar por tanto los niveles de desempleo que presentaba el país antes de la situación actual, del 14%. Además, en promedio con la serie histórica, esa cifra hasta el 17%. Es la mayor tasa de paro de la Unión Europea, después de Grecia, y, con un 33%, la mayor tasa de paro juvenil de la Unión Europea.
Pero debemos matizar varios aspectos que nos dan pistas interesantes sobre la situación a la que podemos llegar. Cuando uno observa el mercado laboral español, la Ley de Okun, la cual mide la relación entre el crecimiento económico y el desempleo, refleja una particularidad en el mercado laboral español.
De acuerdo con esta relación, podemos observar cómo la española es una economía que cuando crece el empleo crece a un mayor ritmo que en otros países. Sin embargo, cuando el crecimiento comienza a enfriarse no solo creamos menos empleo que nuestros homólogos europeos sino que, en caso de una contracción económica, nuestro mercado laboral nos lleva a destruir más empleo que el resto de economías.
Con estos datos en la mano, podemos comenzar a hacernos una idea de la situación a la que nos enfrentamos. La economía española prevé una caída que en el mejor de los casos -siendo este el caso proyectado por el Think Thank Funcas- podría sufrir una contracción del 7% en su PIB. Sin embargo, de cumplirse los peores pronósticos del Banco de España, la contracción podría incluso llegar a alcanzar niveles del 13,5%.
Desde el Think Thank Civismo, con un caída proyectada más moderada –entre un -9% y un -11%-, hemos considerado la dificultad a la que se enfrenta la economía española en un escenario en el que el desempleo estructural era ya excesivamente elevado.
Recordemos los datos que mencionábamos anteriormente sobre el empleo en España. Si cogemos estos datos y los contrastamos con los pronósticos, podemos ver cómo, en función de los pronósticos publicados por los distintos servicios de estudios, la economía española podría elevar su tasa de desempleo hasta superar el umbral del 20%. Preocupante.
Porque, con un mercado laboral que presenta tantas dificultades para crear empleo, meternos en una tasa que situaría a una quinta parte de la población en el paro, es un gran riesgo. Máxime en un escenario que, en relación a la EPA publicada el mes pasado, reflejaba esa mayor concentración de la destrucción de empleos en trabajos poco cualificados -aquellos que no se pueden acoger al teletrabajo-, precisamente aquellos a los que más le cuesta volver a incorporarse al mercado laboral.
La situación para la economía es complicada. También resaltando que uno de los mayores generadores de empleo en este país, el turismo, va a ser el más afectado por esta crisis. En este sentido, desde el Gobierno se debe comenzar a pensar en políticas que traten de agilizar la creación de empleo y doten de más flexibilidad nuestro mercado laboral. Si no dotamos al mercado laboral de esa flexibilidad repetiremos la crisis de 2008.