Antes de la reforma laboral del año 2012, la tasa promedio de paro en España, de acuerdo con la serie histórica, ascendía al 17%. La rigidez del mercado de trabajo, sumada al escenario de crisis, estaba provocando una destrucción de puestos de trabajo imparable, según indica un informe de la Fundación Civismo, firmado por Francisco Coll y José Francisco López.
Tras la implantación de la reforma, la flexibilidad que se introdujo, así como el pacto de moderación salarial de sindicatos y empresarios para el periodo 2012-2014, evitaron la pérdida, a largo plazo, de hasta 1,5 millones de empleos y un repunte de la tasa de paro de más de seis puntos.
De este modo, la economía española comenzó a crear empleo, aunque este fuera de menor calidad, al originarse un enorme desplazamiento desde la contratación indefinida a la temporal. Los autores del informe consideran, no obstante, que ese sacrificio resultaba necesario, teniendo en cuenta que la mejor tasa de paro desde la Transición se cifraba en un 7,9%. Tras haber alcanzado un pico cercano al 23%, comenzó a descender progresivamente, hasta llegar a los niveles actuales.
En el mismo informe se señala que España, a causa del problema de paro estructural que la aqueja, “no se puede permitir el menor ritmo en la creación de empleo que traería consigo la derogación de la reforma laboral. Así, las peculiaridades del comportamiento de nuestro mercado laboral se reflejan en la curva de la ley de Okun. Dicha ley se encarga de medir la relación entre el crecimiento y el empleo”. El comportamiento de la economía española revelaría una mayor sensibilidad del empleo a las variaciones en el crecimiento. Así, cuando se sobrepasa el umbral del 0,3%, se comienza a crear empleo a un ritmo mayor, y al revés: cuando España supera su umbral en terreno negativo (-0,41%), comienza a destruirlo de forma más intensa que otras economías europeas. Una tendencia especialmente peligrosa para el mercado de trabajo en un escenario como el actual, en el que la contracción interanual prevista se mueve en una horquilla entre el 6% y el 18%.