Hoy, los españoles están llamados a las urnas, lo que equivale a decir que la clase media va a decidir qué quiere para los próximos cuatro años. Aunque en las últimas tres décadas el peso de este segmento de la ciudadanía se ha reducido en 3,7 puntos porcentuales, todavía representa casi el 60% de la población total, según datos de 2017.
A pesar de que no existe una definición precisa de la clase media, hay un cierto consenso en describirla como aquella que disfruta de una relativa estabilidad financiera, que le permite satisfacer sus necesidades con un cierto desahogo. Esto significa que tiene capacidad para acceder a una vivienda y a una atención sanitaria aceptables, y que, además, recibe una remuneración suficiente para gastar en ocio y asumir imprevistos.
El contingente de población que reúne estas características en las distintas comunidades es relativamente parecido, según datos de Caixabank Research. Su peso equivale, de media, al 59,30% del total de habitantes. En Navarra, la proporción de la clase media alcanza un 71,60%, seguida de La Rioja (67,40%) y Aragón (64,8%). El menor porcentaje se encuentra en Canarias (51,10%), Andalucía (56,90%) y Galicia (57,60%).
Esto, a nivel práctico, ¿en qué se traduce? El ingreso promedio de un español de clase media es de 18.136 euros, lo que implica que aún no se ha logrado recuperar el nivel de renta de antes de la crisis. Así, en 2008, esta se cifraba en 18.400 euros. Para poder medir de una manera homogénea los distintos ingresos medios de cada comunidad autónoma, se deben tener en cuenta los diferentes umbrales retributivos, tanto superiores como inferiores.
Por ejemplo, mientras que en Andalucía formar parte de la clase media supone percibir entre 10.578 y 28.207 euros al año, esta horquilla oscila en Madrid entre los 15.917 y los 42.444 euros. Las rentas promedio más elevadas las encontramos en País Vasco (23.087) y Navarra (22.020), seguidas de las de Madrid (21.222) y Cataluña (20.933). En el otro extremo figuran Extremadura (12.095 euros), Andalucía (14.104) y Canarias (14.905). Entre las regiones cuyos ciudadanos ganan más y menos hay una diferencia de 10.992 euros.
No obstante, estas cifras podrían disminuir en los próximos años ya que, actualmente, se constata una tendencia a la desaparición de puestos de trabajo en los tramos intermedios de la escala salarial, a causa del incremento de la precariedad laboral. Esto además se acentúa con la automatización de los procesos productivos y la incorporación de las nuevas tecnologías de inteligencia artificial, que hace que muchos empleos pierdan valor. En concreto, según la OCDE, la automatización supone que los trabajos de la clase media tengan un riesgo de desaparecer de un 23,9%; los de alta, un 29,2%; y un 14,1% los de la baja.
No confíe en que los políticos le vayan a ayudar a mantenerse o a acceder a la clase media. Estar en ese privilegiado estatus dependerá de saber reinventarse permanentemente, para adaptarse al cambio acelerado que experimenta el mercado laboral. Hay partidos dispuestos a dar incentivos a quien se esfuerza, y otros que prometen el bienestar total a cambio de nada: una utopía. En manos de la clase media está que gobiernen unos u otros.