Hoy, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, es fácil escuchar aquello de que “las mujeres ganan un 20% menos que los hombres a pesar de desempeñar las mismas funciones”. En ese sentido, hay que tener en cuenta que los datos de sueldo medio “no comparan a profesionales con el mismo puesto de trabajo, sino que se refieren al conjunto de los ocupados”, sin hacer distinciones ni desagregar la muestra para analizarla caso por caso según el trabajo concreto desempeñado, según un informe del think tank Civismo. Civismo recuerda que, “de media, los hombres trabajan más horas que las mujeres”. De hecho, los hombres completan anualmente unas 2.334 horas de trabajo frente a las 1.889 de las mujeres, un diferencial del 23,6%
Atendiendo a la distribución por franjas de edad, la famosa “brecha salarial” es del 26% entre profesionales de más de 55 años frente a 12% para trabajadores de 25 a 34 años. De hecho, si analizamos este último grupo generacional, encontramos que la “brecha” en España es más baja que la de países nórdicos como Finlandia o Dinamarca.
El think tank aporta una perspectiva histórica de la situación laboral de las mujeres desde que comenzó el ultimo período democrático en España. Por aquel entonces (1977), “apenas el 28% de las mujeres de entre 25 y 54 años ocupaba un puesto de trabajo en el sector público o privado; hoy, este porcentaje ha subido al 63%“.
El ministerio de Trabajo detectó en 2013 infracciones en tan sólo el 1% de los casos analizados. Respecto a la discriminación a la hora de acceder al empleo por motivos de sexo, el porcentaje fue del 2%. “Estas cifras dejan clara la concienciación generalizada de la gran mayoría del empresariado español en materia de igualdad, con la lamentable salvedad de los episodios puntuales detectados”, señala Civismo.
Incide el think tank en su informe en que para crear empleo, tanto femenino como masculino, es necesario bajar impuestos ya que la cotización mínima a la Seguridad Social en España es “seis puntos superior a la media europea”, lo que convierte a nuestro país en el segundo país con las cotizaciones más altas de Europa. Esto repercute en la contratación, pues actualmente el 60% de su coste repercute en el empresario.