El nuevo gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acuerdan una nueva subida en los salarios hasta los 950 euros. Pese a la subida realizada por el Gobierno socialista hasta los 900 euros, este se ha propuesto seguir incrementando el indicador. En su programa se recoge la intención de acabar la legislatura con un salario mínimo interprofesional (SMI) en niveles de los 1.200 euros. Una subida que, pese a la necesidad, podría acabar dañando la economía española.
Y es que, pese a que la subida no haya sido tan vertiginosa como, a priori, preveía la ejecutiva socialista, estamos hablando de una subida de salarios que, compaginada con otras políticas que también desea implementar la coalición, añadiría demasiados riesgos a una economía debilitada. De acuerdo con las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), una economía que prevé ajustar su crecimiento para este año, así como para el que viene, hasta alcanzar niveles cercanos al 1,6%.
Teniendo en cuenta que estábamos creciendo a un ritmo del 2,7% hace dos años, así como un 1,9% al cierre del pasado ejercicio, la previsión de crecimiento situada en el 1,6% refleja la clara tendencia negativa que sigue la economía española. Una tendencia que refleja la clara desaceleración que vive nuestra economía y que debería preocuparnos. A su vez, tras la maduración del ciclo expansivo, los indicadores macroeconómicos en el país siguen mostrando vulnerabilidades que reflejan una clara debilidad en nuestra economía, por lo que la situación es incluso más preocupante.
Los niveles de déficit, la situación de las pensiones, la tasa de desempleo. Estamos hablando de una serie de indicadores que no reflejan el buen estado de la economía española, pese a la insistencia de Pedro Sánchez en Davos. En términos de desempleo, España encabeza, por detrás de Grecia, el ranking de los países con mayor número de desempleados. Además, en términos juveniles, la situación es peor incluso. Con un 33%, España lidera el desempleo juvenil a nivel europeo. Una situación que, de partida, refleja la necesidad de crear empleo en nuestro país.
Si observamos, por otro lado, la creación de empleo en el país, los focos de incertidumbre y la desaceleración que vive la economía ha provocado que estos niveles retrocedan al peor nivel de 2013, lo que muestra el enfriamiento que vive la creación de empleo en el país. Además, conforme avanza la desaceleración, la tasa de crecimiento de la economía española se va moderando, mermando nuestra capacidad de creación de empleo. De acuerdo con los indicadores, a este ritmo de creación de empleo, no recuperaríamos los niveles previos a la crisis hasta el año 2036.
Con los datos en la mano, podemos ver cómo la situación no se muestra tan boyante como califican determinados miembros del Gobierno. Mucho menos para comenzar a aplicar políticas generalistas sin rigor analítico. Subir el SMI en todo el país, acabar con la flexibilidad del mercado laboral que nos evitó la destrucción de cerca de un millón de empleos durante la crisis -de acuerdo con las previsiones de BBVA Research-, así como una serie de políticas que incluye el programa del nuevo Gobierno, podrían deteriorar, aún más, el estado de nuestra economía.
Cuando hablamos del SMI, lo primero que tenemos que ver es la situación que atraviesa nuestro país. Junto a todo lo mencionado anteriormente, nuestro país, en estos momentos, se encuentra con unos niveles de productividad más que estancados. Unos niveles que no muestran apenas variación desde hace 20 años. Esto ha provocado que las empresas se vean obligadas a reforzar la contratación para incrementar sus niveles de productividad, ya que no son capaces de incrementarla en el ratio de productividad media por hora trabajada por cada empleado.
Con estos datos en la mano, si cogemos la medida que desea implementar el Gobierno, un incremento del SMI hasta los 1.200 euros, contando con las 14 pagas que este supone, y en relación a la proporción que este representa en el salario medio, así como las 12 pagas de este, hablamos de un incremento que sitúa el SMI en el 72% sobre el salario medio. Esta relación, los economistas, la denominamos como índice de Kaitz. Es decir, la relación proporcional que existe entre el SMI y el salario medio. Una relación que, de aplicarse la subida hasta los 1.200 euros, situaría a España a la cabeza de Europa, con el SMI más elevado del continente, en relación con su salario medio.
De acuerdo con la Carta Social Europea, los economistas, tanto los que recomiendan la subida del SMI como los que no, no aconsejan que el índice de Kaitz supere los niveles del 60%. Es decir, que el SMI no supere el 60% del salario medio. De acuerdo con estos, la subida del SMI por encima del 60% podría provocar un riesgo en el mercado laboral, haciendo peligrar el empleo. Bien, con la medida aplicada, como decíamos anteriormente, el nivel, contando que cogemos el salario medio nacional, se situaría en el 72% del salario medio, ya que, en el cálculo realizado por Podemos, no se contemplan las 2 pagas extra que recoge el SMI y no el salario medio.
A su vez, para España, el problema es doble. Recordemos que estos datos hacen referencia al salario medio nacional, pero la situación en España es bien distinta. Por ejemplo, este salario medio lo poseen comunidades como Madrid y País Vasco, sin embargo, atendiendo a la realidad de nuestro país, este recoge tantos salarios medios como comunidades autónomas tiene. Es decir, en comunidades como Murcia, el salario medio no es, ni de lejos, 1.900 euros, pues este se sitúa en los 1.433 euros. Aquí esta la clave del problema.
Si hacemos el mismo cálculo para extraer el índice de Kaitz en referencia a la Región de Murcia, el nivel, estaríamos hablando que se situaría en el 98% sobre el salario medio. Recordemos nuevamente lo dicho anteriormente, ya que la Carta Social Europea recoge que por encima del 60%, el empleo podría peligrar. Esto es un problema de gran calado, pues como dije en su momento, seguimos aplicando políticas generalistas para un país que posee grandes desequilibrios que impiden el generalizar con todos sus ciudadanos y territorios.
Si por encima del 60% hablamos de un peligro para el empleo, imaginemos en niveles del 98%. Cuando se incrementó el SMI, las personas a las que afectó dicha subida era un dato, prácticamente, insignificante. Sin embargo, ahora, conforme vamos incrementando el SMI y lo vamos acercando al salario medio, el número de afectados crece con ello. Por deciles, hablamos de que la subida hasta los 1.200 euros al acabar la legislatura podría llegar a afectar al 30% de la población en el territorio. Un 30% de empleados a los que, sí, se les incrementaría el salario, pero que, teniendo en cuenta los sectores de baja productividad que posee la Región, podría provocarles el despido en aquellos empleos en los que el SMI supere el umbral productivo que presentan.
En resumen, estamos hablando de una situación que, para nada, sería tan beneficiosa para la economía como prometen, al menos si tenemos en cuenta todos los datos que mencionábamos. Hablamos de variables que podrían ser muy significativas y que, al aplicarse las políticas deseadas, de carácter excesivamente generalista, dejarían de tenerse en cuenta. España es un país, como he dicho, que presenta una desigualdad entre territorios, por lo que estas políticas que desean aplicarse, podrían provocar, incluso, mayor desigualdad para las comunidades más damnificadas, así como el riesgo de destruir más empleo en las mismas. En mi criterio, un error político que acabarían pagando los ciudadanos, como siempre ocurre en esta situación.