Como cada mes, los datos que hizo públicos ayer el Ministerio de Empleo sobre el paro y la afiliación a la Seguridad Social en enero tienen más de una lectura. La tendencia estadística marca que el fin de la campaña de Navidad se lleva por delante miles de puestos de trabajo, sobre todo, en comercio y servicios, y en esta ocasión no ha sido diferente: el desempleo subió, pero los analistas descartan que este bache habitual en el arranque del año vaya a truncar el buen ritmo de recuperación del mercado laboral.
En concreto, el mes pasado, el paro aumentó en 63.747 personas y se perdieron 178.170 cotizantes. Sin embargo, en el último año, la ocupación se ha incrementado en 607.856 trabajadores, el mejor dato en el primer mes del ejercicio en más de una década, y han abandonado la cola del paro 283.703 personas. Esto supone un ritmo de crecimiento anual del empleo intenso, del 3,4 por ciento, y de caída del desempleo del 7,5 por ciento.
La buena senda, por tanto, se mantiene. Así lo consideran los expertos de BBVA Research, que señalan que los datos muestran que el mercado laboral “recobró dinamismo, a pesar de la incertidumbre”, en referencia a los últimos meses convulsos, en los que la inestabilidad económica derivada del desafío de los independentistas catalanes al Estado ha llevado a los analistas a replantearse sus previsiones de crecimiento para la economía española en más de una ocasión. El empleo crece más que el Producto Interior Bruto (PIB) y, a juicio del economista Javier Santacruz, “enero no desentona de la tendencia general” y este ritmo de avance de la afiliación apunta a un alza trimestral de la economía “en el entorno del 0,8 por ciento”. Recordemos que la afiliación media registró un alza de 611.146 cotizantes en 2017, un 3,5 por ciento más que el año anterior, mientras el PIB creció un 3,1 por ciento, según avanzó el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta misma semana.
Mantener este brío en la ocupación es clave para el apuntalamiento del sistema de las pensiones, que sumó otros 200 millones de déficit en 2017, hasta bordear los 19.000 millones de euros, pese a que la recaudación por cotizaciones fue superior al 5 por ciento y dejó el récord histórico de 109.100 millones en las arcas públicas.
En este sentido, el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, aseguró ayer que “el año, pese al dato mensual, comienza manteniendo una tendencia muy vigorosa en la evolución del sistema”. Durante la presentación de las cifras a la prensa, su homólogo de Empleo, Juan Pablo Riesgo, afirmó que, pese a que el paro aumentó en más de 63.000 personas el mes pasado, la cifra está en línea con la registrada en 2017 y 2016, cuando se obtuvieron los mejores registros desde 2007. Efectivamente, subida del desempleo en enero de este año es levemente superior a los cerca de 57.000 de los años anteriores, aunque, sin duda, mucho mejor que los más de 100.000 o incluso 200.000 nuevos desempleados que se registraban en este mismo mes durante los peores años de la crisis.
Contratos récord, con ‘pero’
Respecto a la contratación, que alcanzó el máximo registrado en un mes de enero de toda la serie histórica, con casi 1,75 millones de contratos, Riesgo señaló que este año se ha dado el mayor registro de contratos indefinidos en este periodo de los últimos diez años y que la contratación fija acumula 48 meses consecutivos al alza.
Pero el récord de relaciones contractuales viene de la mano del pero de siempre: nueve de cada diez contratos firmados en enero eran de carácter temporal. Una proporción que provocó, de nuevo, la denuncia de CCOO, desde donde consideran que “España sigue encadenada a un modelo productivo basado en los servicios de bajo valor añadido (hostelería, comercio, servicios auxiliares…), con un peso muy bajo de las actividades industriales”, lo que, para el sindicato, “nos condena a un empleo precario y de bajos salarios, con muchas fluctuaciones estacionales”.
En efecto, los datos que maneja el departamento que dirige Fátima Báñez confirman que la finalización de la época navideña trajo consigo la destrucción de más de 38.100 empleos en hostelería, 37.411 en comercio, y casi 31.000 en actividades administrativas y servicios auxiliares, al tiempo que se pusieron en la cola del paro 72.468 personas procedentes del sector servicios.
Con todo, la Seguridad Social cuenta ya con cerca de 18,3 millones de afiliados, al tiempo que las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo registran más de 3,4 millones de parados, que todavía no han logrado acceder al mercado laboral. En el primer caso, la cifra se mantiene por encima de los 18 millones de ocupados que se lograron recuperar el año pasado, cuando retomamos la mano de obra que había al inicio de la crisis, y, en el segundo, los desempleados están en mínimos de los últimos 8 años.
Van once meses consecutivos de crecimiento interanual de la afiliación por encima de los 600.000 ocupados, pero “nos faltan prácticamente un millón de empleos para llegar al máximo de 2007”, advierte Santacruz, quien valora la posibilidad de que “esta sea la máxima capacidad laboral de la economía española”, por lo que ve “complicado” alcanzar el objetivo del Gobierno de los 20 millones de ocupados en 2020, “por cuestión de ciclo económico”, habida cuenta de que llevamos ya “casi cinco años de crecimientos trimestrales”.
El impacto del ‘procés’
A las dudas que plantea este profesor e investigador de la Universidad de Essex, de carácter estructural, se añaden riesgos como la actual coyuntura en Cataluña, envuelta en un clima de inestabilidad política, social e institucional desde la celebración del referéndum ilegal del pasado 1 de octubre.
Sería apresurado estimar el impacto del procés en términos de crecimento económico, más allá de las caídas puntuales en sectores como el turismo o el comercio minorista. Si bien sí se aprecia ya el daño en uno de los mercados de trabajo más dinámicos de España. Según los datos del Ejecutivo, entre septiembre de 2017 y enero de 2018, seis de cada diez empleos perdidos en toda España se registraron en Cataluña.
Así lo destacaron ayer los secretarios de Estado de Empleo y Seguridad Social, que concretaron que el paro en la región subió diez veces más en ese periodo que en los mismos meses de 2016 y el empleo pasó de crecer un 3,95 por ciento el año pasado al 3,46 por ciento, con lo que ha perdido casi medio punto.