La última semana ha estado marcada por el rifirrafe que han protagonizado el Banco de España y el Gobierno, aunque es el Ejecutivo el que dio inicio a la polémica. El martes Yolanda Valdeolivas, secretaria de Estado de Empleo en funciones, exigió al ente regulador una rectificación por su vaticinio de que la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a los 900 euros tendría un impacto negativo en la creación de empleo. Sin embargo, ayer, el Banco de España insistió en que habría una efecto perjudicial en el mercado laboral. ¿Cuál de las dos partes tiene razón? Según los expertos consultados por elEconomista, la balanza de la razón se decanta por el ente regulador, a pesar de que todavía no haya datos fiables respecto al alza salarial casi seis meses después de su puesta en marcha.
Cabe recordar que el Banco de España había estimado que la subida del SMI podría generar una destrucción de empleo de unos 124.000 puestos de trabajo, un argumento que no sentó bien en el Ejecutivo y del que el ente gobernado por Pablo Hernández de Cos no se ha retractado. Es más: en su último informe precisa que “los efectos de la subida del salario mínimo que entró en vigor al inicio de este año tenderán a moderar el dinamismo del empleo en los próximos trimestres”.
“Claro que limita la creación de empleo. Previsiblemente, hubiéramos tenido mejores datos y esto, en el fondo, lo que significa es menos destrucción de desempleo, que es la obsesión básica de la economía española”, indica Miguel Ángel Bernal, profesor de la Fundación de Estudios Financieros.
Mientras, Javier Santacruz, jefe de Finanzas del think tank Civismo, que también comparte los postulados del Banco de España, matiza que las predicciones del órgano se basan en lo que sucedió en 2018 con la subida del SMI que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy. “Tuvo un impacto negativo y redujo la tasa de crecimiento del empleo. En esta ocasión, el ente está previendo algo muy parecido. Cuando se toma una decisión de este calado, hasta que no pasa un tiempo, evidentemente la estimación es bastante preliminar”, matiza. En cualquier caso, reitera: “Se podría estar creando mucho más empleo del que se está creando”.
“La razón está del lado del Banco de España”, coincide Fernando Méndez Ibisate, economista y profesor en la Universidad Complutense de Madrid. “En cualquier caso, sus análisis parten de un escenario constante. Es decir, que esa destrucción de empleo o freno a la creación de puestos de trabajo se dará en una situación sin cambios”, puesto que el Gobierno no ha anunciado medida alguna para compensar el efecto de la subida del SMI.
Razones para la cautela
Aunque la primera Encuesta de Población Activa (EPA), publicada en abril y que abarca la evolución del empleo hasta marzo, no parece haber indicado ningún efecto perjudicial por el alza del SMI, Méndez Ibisate llama a la cautela. “Los efectos de una medida como esta no son tan inmediatos. La EPA no sirve tanto para esto. En realidad, lo que está indicando es que gran
parte de las previsiones sobre pedidos y producciones ya estaban hechas por las empresas”, para cuando el Gobierno de Pedro Sánchez confirmó su intención de aprobar la polémica alza salarial. “Y los contratos a dos, tres, seis meses o lo que fuera ya estaban también previstos. Se debería considerar, sin exaltación, cuánto podría haber aumentado el empleo sin esta medida”.
Las previsiones de producción a principios de año es, precisamente, una de las razones por las que el impacto de la subida del SMI ha quedado atenuada: las empresas no habrían podido prescindir de sus trabajadores para atender la demanda y los pedidos. La otra estaría en los principales sectores afectados y la economía sumergida. “Existe la sensación de que se están haciendo muchas trampas en determinadas empresas. Se pacta hacer menos horas en los contratos, eso no se aplica y se paga en negro”, apunta Bernal. Indica que esto sería especialmente común en los ámbitos de los servicios, la hostelería o el pequeño comercio” y otros de los que ya han alertado los sindicatos, como el agrario, el de seguridad o el de la limpieza, que estarían evadiendo la subida salarial a través de la economía sumergida.
“Hay sectores donde el alza del SMI ha impactado de manera negativa, eso es evidente”, reconoce Antonio Pedrajas, abogado laboral y socio-director de Abdón Pedrajas & Molero. “Servicios, multiservicios, centros especiales de empleo (CEE) –que fomentan la integración laboral de personas con discapacidad–, etc. Fundamentalmente aquellos ámbitos que viven mucho
de la externalización de servicios. Concretamente, nosotros hemos tenido consultas de CEE para saber si, con aquiescencia del propio trabajador, podían no acogerse a la subida del SMI, lo cual es absolutamente ilegal”.
Además, avisa que hay un impacto que hay que tener en cuenta “en convenios muy pobres, que supone el ajuste en categorías superiores. La gente no se queda quieta. Si subes por abajo tienes que subir por arriba proporcionalmente, o al menos algo. Estos trabajadores también van a querer su trocito de tarta”.
Efecto en el futuro
En cualquier caso, lo que los economistas más temen es el efecto futuro del alza. “Estamos en una época de crecimiento, y eso añade dificultad a la hora de medir, puesto que si hay incrementos económicos es difícil que el empleo se resienta”, precisa Bernal. “Ahora bien: el efecto de una subida tan salvaje como la que se ha hecho, de un 22 por ciento, cuando llegue una futura recesión nos vamos a enterar. España y su mercado laboral son muy sensibles a las recesiones”.
Santacruz comparte esta inquietud. “Esto se ve en cualquier parte. Si se observa lo que ha ocurrido en Francia, Alemania o en cualquier país que haya subido el salario mínimo, lo que uno se encuentra es destrucción de empleo cuando la economía está en crisis y reducción de la creación de empleo cuando hay expansión económica”. Todo ello por el incremento de los costes laborales, “mucho mayor” que el de la productividad. “Las empresas eso no lo pueden pagar”.
¿Creación de empleo?
En cambio, no es esta la visión que dan al respecto los sindicatos. Es el caso de Comisiones Obreras (CCOO), que ha hecho su propio estudio económico sobre el impacto del SMI… que para ellos se traduce en creación de empleo. El sindicato que dirige Unai Sordo considera que las consecuencias de esta medida en la economía española serán positivas y que permitirán que en 2019 se creen 124.000 puestos de trabajo más, justo lo contrario que el Banco de España. El sindicato basa este dato en que el aumento de la masa salarial de la población sumará 2.000 millones de euros a la capacidad de consumo de los hogares y, de esta manera, impulsará el producto interior bruto (PIB), lo que se traducirá en una creación inmediata de puestos de trabajo. Además, quedaría margen para subidas adicionales, dado que las empresas contarían aún con una capacidad de financiación excedentaria de 32.000 millones.
Pedraza, aunque reconoce que el alza salarial “sí que puede ayudar a generar empleo de mayor calidad”, comparte la visión de CCOO. “No veo el argumento para llegar a esa conclusión hasta que no se vea su impacto en datos macroeconómicos”, algo que no ocurrirá hasta septiembre.
Si se quiere evitar el impacto negativo de alzar el salario mínimo interprofesional (SMI), o al menos la indefensión del mercado laboral ante una futura recesión por unos costes laborales elevados que no están compensados en productividad, es necesario que el Gobierno tome medidas al respecto.
Para el economista Javier Santacruz, estas medidas pasarían por “terminar de redondear la reforma laboral. Habría que cambiar las prestaciones por desempleo, que es una de las cosas que han quedado pendientes de abordar en los últimos años”.
Esto se haría “básicamente, manteniendo cuantías y el periodo de duración e introduciendo incentivos para que los desempleados puedan encontrar empleo. Esto es formación, reciclaje, etcétera”. Otra cuestión a abordar sería el “mal funcionamiento del servicio público de empleo, lo que era el Inem y ahora es el servicio de cada una de las autonomías. Son muy malos. No logran encontrar empleo para los demandantes y no son buenos a la hora de hacer los perfilados para los usuarios”. Por eso, “la historia sería que se reformara este ámbito, que ya estaba en la agenda de los diferentes gobiernos, y hacerlo ya mismo”.
Limitado en el tiempo
Por otro lado, lo que sí tienen claro los expertos consultados por elEconomista es que el efecto de la subida del SMI está limitado en el tiempo. Concretamente, indican que llegará hasta septiembre, hasta diciembre como mucho, a pesar de que su impacto en los costes laborales puede llegar a notarse hasta la próxima recesión.
“El efecto y su absorción se producirá después de este verano”, calcula Miguel Ángel Bernal, quien precisa que “ahora lo que tendrá que hacer la sociedad es asimilar la nueva situación”.
Hasta entonces, cautela. Y atención a posibles crisis económicas. “Habrá que ver qué va a ocurrir con el mercado laboral cuando nuestro ritmo de crecimiento ya no sea el más elevado de la UE”, considera. Además, avisa del “impacto que puede tener el Brexit y sus efectos sobre el empleo, que son muy difíciles de cuantificar”.