La Encuesta de Población Activa (EPA) que se publicó ayer refleja que durante el año 2016 la economía española generó 414.000 empleos más, alcanzando una ocupación de 18.508.100 personas, su cota más alta en cinco años. En 2016, se ha creado empleo a) en todos los sectores económicos, especialmente en los servicios (+240.000 y en la industria (+116.000); b) tanto entre los hombres (+208.500) como en las mujeres (+205.400), c) más entre los españoles (+354.400) que entre los extranjeros (+59.600); d) más en los mayores de 50 años (+244.300) que en los que tienen edades comprendidas entre los 40 y 50 años (+237.600). En cambio en el conjunto del año se ha destruido mucho empleo en la población con edades comprendidas entre los 30 y los 40 años (-123.000).
Menos economía sumergida
Los datos de la EPA de crecimiento de la ocupación en España en 2016 (+414.000) contrastan fuertemente con los de la afiliación a la Seguridad Social (+540.000). Una diferencia que debe ser bienvenida ya que muestra una reducción de la economía sumergida. Se trata de 126.000 personas que la EPA contabilizó como ocupada en años anteriores pero que trabajaban en la economía sumergida y que este año han decidido pasarse a la economía de superficie y afiliarse a la Seguridad Social. Una situación de más formalidad que también ha facilitado el aumento del empleo a tiempo completo. Es más, durante el año pasado todo el empleo generado fue a tiempo completo (425.000 más) en cambio se ha reducido los contratos a tiempo parcial (-10.700).
Desde principios de 2013, la economía española ha logrado crear un millón y medio de puestos de trabajo. Que han beneficiado a todos los sectores productivos, pero especialmente en el de servicios. En 2016, el número de trabajadores de este sector, se incrementó en 240.000 personas (el 58% del año). Desde hace años el sector que está creando más empleo es el de los servicios gracias a la mejora de la competitividad de los servicios de mercado (seguros, transporte, royalties, ingeniería, comercio minorista, financieros, telecomunicaciones, venta de coches, actividades de consultoría, informática y científicas, cursos de formación y otras actividades relacionadas con la mejora en la contratación del empleo) y el aumento del turismo y la hostelería
En 2016 las pernoctaciones hoteleras aumentaron un 7% con respecto a 2015. Y se volvió a tener un récord con 75,3 millones de turistas, que representó un incremento del 10% más que en 2015.
Desgraciadamente, este aumento del turismo está ligado al aumento de la temporalidad. Durante el año pasado, el incremento de los contratos temporales ha sido mayor que el de los indefinidos (227.000 frente a 170.00). La temporalidad está repuntando después de bajar fuertemente durante la crisis económica, que destruyó especialmente este tipo de contratos. En los programas electorales de todos los partidos políticos hay un compromiso de reducir la precariedad laboral. De ahí que la política que aplique el Gobierno de España en este ámbito tendrá que ingeniárselas para incentivar la contratación fija.
Se reduce la población activa
Una información relevante de la EPA publicada ayer es que el mercado laboral español continúa menguando. Durante 2016 se volvió a reducir la población activa (-128.000 personas) y la parada (-541.700).
Esta espectacular disminución de los desempleados ha provocado que la tasa de paro cayera desde el 21% en 2015 al 18,6% en 2016, registrándose la menor tasa desde el tercer trimestre de 2009. Si tenemos en cuenta el origen de los trabajadores, se puede observar que los españoles tienen una tasa de desempleo bastante menor (17,8%) que la de los extranjeros (24,6%). Esta mayor tasa de paro, junto con la nacionalización de extranjeros, es una de las causas por la que se sigue produciendo una reducción del número de trabajadores foráneos en el mercado laboral: más de 80.000 en los dos últimos años.
Insistimos, desde el año 2012 la población activa española se ha venido reduciendo. Esto es a causa de la salida de extranjeros (alrededor de un millón) y también de la emigración de los propios españoles, especialmente los menores de 40 años. Una tendencia que prosiguió en 2016. Como consecuencia, hay menos personas que buscan trabajo, es decir, disminuye la población activa. La EPA confirma esa tónica iniciada hace cinco años: sigue descendiendo el número de activos, tanto nacionales como extranjeros, hasta situarse en 22.746.000 (la menor cota en 9 años).
Menos jóvenes sin trabajo
En cuanto al paro juvenil, aunque sigue siendo muy elevado, en el año 2016 se ha reducido hasta situarse en el 42,9% (frente al 46,2% del año 2015 y el 52% en 2014). Sin embargo, esta bajada se debe sobre todo a que una parte de la juventud española continúa marchándose al extranjero o bien se retira del mercado laboral para formarse mejor. Durante los tres últimos años la población activa entre 16 y 24 años se contrajo en 253.000 personas.
En resumen, los buenos resultados de la EPA permiten afirmar que durante 2016 siguió mejorando el mercado de trabajo. Después de muchos años, la economía española ha conseguido que durante dos años seguidos (2015 y 2016) aumentase el empleo en todos los sectores productivos. Este aumento de la ocupación junto con otros indicadores que se han ido publicando de consumo, exportaciones, producción industrial, construcción y servicios, viene a confirmar que, en 2016, el PIB habrá crecido un 3,2% (el INE avanzará el lunes el dato, que publicará con detalle el 2 de marzo).
Es probable que durante 2017 se mantenga la tendencia iniciada hace tres años y se puedan crear 300.000 nuevos puestos de trabajo. Lo que significaría que, en cuatro años, más de un millón y medio de personas se habrán beneficiado de la recuperación. Va a depender de que las políticas económicas que implemente el nuevo gobierno vayan encaminadas a lograr el crecimiento económico que permita aumentar el empleo.
Un factor fundamental para conseguir ese crecimiento económico es que aumente la productividad de las empresas a través, por ejemplo, de la mejora de la formación profesional. Solo así se creará empleo de calidad, permanente, a largo plazo y con salarios dignos que posibiliten un mayor nivel de bienestar para la población.