Samuelson: matemáticas y síntesis neoclásica
13 de julio de 2015
Por admin

Aunque deba buena parte de su popularidad a su famoso manual –el libro de introducción a la economía más vendido en la historia–, el prestigio profesional de Paul Samuelson se fundamenta en las numerosas aportaciones que realizó a campos muy diversos de la teoría económica, que permiten afirmar, sin duda alguna, que muy pocos economistas han contribuido a la formación y modelización de su ciencia en un grado similar. Si aceptamos la definición del análisis económico que dio Schumpeter, de acuerdo con la cual éste consiste en el estudio de los aspectos científicos del pensamiento económico, es evidente que Samuelson representa perfectamente esta forma de abordar los problemas de nuestra disciplina.

Nacido en Gary (Indiana) en 1915, fue el niño prodigio de la economía norteamericana. Estudió en las universidades de Chicago y Harvard. A los 21 años, ya había publicado su primer artículo en una revista académica; y, a partir de aquel momento, empezó a publicar, con una sorprendente regularidad, una media de cuatro o cinco artículos de primer nivel al año, ritmo que, por sorprendente que parezca, mantuvo durante casi medio siglo. En 1940 ya era profesor en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), cuyo departamento convirtió, tras muchos años de dedicación, en uno de los primeros centros de investigación económica del mundo. Y en 1947 publicó el que es, seguramente, su libro más importante desde el punto de vista de la investigación (Fundamentos del análisis económico), basado en la tesis doctoral que había presentado en Harvard unos años antes. Esta obra significó una decidida apuesta por la formalización matemática de la economía; y tuvo una influencia tal en el mundo académico que cabe hablar, en este campo, de la época anterior y la época posterior a los Fundamentos.

Defensor de la macroeconomía keynesiana, fue la figura más representativa de la denominada síntesis neoclásica–término acuñado por él mismo– que tenía como objetivo la integración de la microeconomía tradicional con la macroeconomía keynesiana, enfoque que dominó durante décadas el pensamiento económico occidental. A nadie sorprendió que en 1970 recibiera el premio Nobel de Economía, siendo el primer norteamericano que obtuvo tan preciado galardón.

Menos afortunado fue, sin embargo, el profesor norteamericano en su interpretación de los problemas de la economía política, entendiendo por este término una visión más amplia del fenómeno económico, que incluiría el estudio de las ideas y las políticas que se aplican en la solución de problemas concretos, así como el marco social en el que se desenvuelve la actividad productiva. Samuelson llegó a afirmar que “en contra de lo que muchos escépticos creyeron en su día, la Unión Soviética es la prueba de que una economía socialista planificada puede funcionar e incluso prosperar”. Y se adhirió a la tesis de la convergencia de sistemas económicos, de acuerdo con la cual el mundo se encaminaba a modelos mixtos entre la planificación soviética y el libre mercado norteamericano; sistema mixto que, ciertamente, no le disgustaba. Falleció, ya anciano, en 2009. No sabemos si seguía pensando que la economía soviética funcionaba bien.

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