El acuerdo transatlántico de libre comercio e inversiones entre la Unión Europea y EEUU (el TTIP, por sus siglas en inglés) supone una gran oportunidad para las pymes españolas ya que suprime las barreras que dificultan el libre comercio con Estados Unidos. Se espera que las empresas nacionales puedan crear unos 334.000 empleos netos en los primeros cinco años, gracias al aumento de las exportaciones con el país norteamericano.
Pero, ¿qué hay de las familias? Quitar palos en las ruedas de las empresas supone un beneficio no sólo para dichas compañías, sino para toda la sociedad civil. La competitividad entre empresas, unido a los menores costes, se traducirá en una mejora de los servicios que ofrecen.
Según recoge el think tank Civismo, la mayoría de estudios publicados subraya que el impacto del TTIP será muy positivo en general. Se estima que las ganancias para la UE llegarían a 119.000 millones de euros, lo que se traduce en un aumento de poder adquisitivo de 545 euros para un hogar de cuatro miembros.
No obstante, Civismo recalca que “no es fácil cuantificar el efecto dinámico de la liberalización del comercio”, puesto que “puede subestimarse el aumento de oportunidades para el emprendimiento” que supone una mayor apertura comercial.
Pese a que por la posición de algunas organizaciones y ONGs que luego se embolsan dinero público de los fondos comunitarios pudiera parecer que la sociedad rechaza el TTIP, la realidad es bien distinta. La última encuesta en la que se preguntó por esta cuestión arrojó un apoyo del 53% para la iniciativa, con un rechazo del 32% y un 12% de indecisos. En 24 de los 28 países de la UE, el apoyo al TTIP es mayoritario.
Grecia, España y Portugal apoyan el TTIP
De hecho, en los países que más han sufrido la crisis, el apoyo al tratado es notable. Es el caso de Grecia, España y Portugal, donde el respaldo de la mayoría social al TTIP asciende, respectivamente, al 64%, 63% y 60%. Como destaca Civismo, es notable que, “en pleno auge del populismo anticapitalista a ambos lados del Atlántico, la resistencia a un acuerdo de libre comercio sigue siendo claramente minoritaria”.
Otro de los argumentos esgrimidos por los contrarios a la apertura comercial es que el TTIP es demasiado opaco. Tal como viene recogido en la propia web del Parlamento Europeo: “Esta es la primera vez que un acuerdo con la Comisión ha permitido a todos los miembros del Parlamento Europeo seguir las negociaciones de un acuerdo internacional”.
Es decir; es posible que el TTIP pudiera ser más transparente, pero al margen de eso se trata del acuerdo internacional más transparente de la historia de la Unión Europea, pues tras once meses de negociaciones con la Comisión los 750 diputados del Parlamento Europeo (sin excepción) tienen acceso a los documentos, incluidos los llamados “textos consolidados”, que reflejan la posición de Estados Unidos.