Los precios del petróleo ya han caído un 55,8% desde junio de 2014, pero el mercado todavía no encuentra el punto de equilibrio. Ayer la cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, abrió en negativo, cayendo por debajo de los 50 dólares a mitad de la mañana. Aunque luego repuntó levemente, el descenso acumulado en los últimos días (un 11,8% desde el 2 de enero) muestra un elevado nerviosismo en los mercados porque la demanda no termina de arrancar y la oferta sigue en ascenso. Los mercados reaccionaban así porque el stock de petróleo en Estados Unidos ha ido aumentando en las últimas semanas, de acuerdo con varios analistas. Este descenso del precio es el resultado del aumento de exportaciones al que se han visto forzados tanto Rusia como Irán ya que, al no poder mantener sus beneficios por la vía del precio, tienen que intentarlo por la de las cantidades. Sin embargo, esta solución no satisface a Arabia Saudí. “Riad está decidida a mantener el volumen de ventas porque no está dispuesta a ceder su cuota de mercado a otros países, e incluso está dispuesta a ofrecer descuentos a China y a Estados Unidos para defenderlo.
Por lo tanto, el precio sólo volverá a subir cuando todos hayan recortado su producción”, señala Mariano Marzo, profesor de recursos energéticos en la Universidad de Barcelona. Sin embargo, esta estrategia podría demorarse más que lo previsto. De hecho, el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, Suhail Al Mazrouei, advirtió ayer de que existe un “obvio exceso de suministro en el mercado que necesita tiempo para absorberse […]; dependiendo del crecimiento de la producción en los países que no forman parte de la OPEP, este problema podría durar meses o incluso años”. Los expertos cifran este exceso de oferta entre 1 y 1,5 millones de barriles al día.
Más inversiones
Muchos de estos países siguen aumentando su capacidad, a pesar de que algunas inversiones podrían no ser rentables a corto plazo. Así, las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía anticipan que la oferta de petróleo aumente en 9 millones de barriles al día hasta 2019, de los que más de la mitad vendría de cuatro países que no tienen interés en presionar los precios al alza: Estados Unidos, Canadá, México y Brasil.
Es cierto que algunas compañías están recortando sus inversiones, pero se trata, en su mayoría “de empresas con elevada deuda, poco tamaño y escasa rentabilidad”, señala Daniel Lacalle, autor del libro sobre el mercado energético La madre de todas las batallas. En su opinión, el fracking tiene margen para recortar costes si rebaja los dividendos, ya que los costes de extracción de la mayor parte de los pozos están por debajo de los precios de mercado. Además, añade que “buena parte de los productores han vendido ya entre el 50% y 70% de su producción de 2015, y se espera que el fracking aumente su producción en 400.000 barriles al día este año”. De hecho, muchos economistas señalan que a quien más presiona la caída del crudo es precisamente a aquellos países que dependen de su comercialización para mantener los presupuestos nacionales, y ellos no tienen intención de reducir su cuota de mercado, al menos a corto plazo. Estos días, Venezuela ha iniciado una gira por Rusia, Arabia Saudí, Irán y Argelia para tratar de frenar el desplome del petróleo.
Finalmente, la demanda no termina de arrancar, en un contexto en el que la eurozona se encuentra muy cerca del estancamiento y China se ralenralentiza a la vez que busca una mayor eficiencia energética.