Un estudio de la Fundación Civismo desveló un gran secreto a voces: la gestión sanitaria del Gobierno de Pedro Sánchez fue “inepta”.
La investigación, publicada el pasado 10 de junio, acusa de “nefasta” a la actuación del PSOE y Podemos a lo largo de toda la crisis por la pandemia del coronavirus.
El informe inicia recordando el fallido pronóstico del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón: «España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado».
«Por desgracia para todos, no solo han resultado algunos más de los previstos, sino que España se trata del segundo país del mundo con mayor número de contagios totales por coronavirus (a fecha de 14 de mayo), tan solo por detrás de Estados Unidos. Y es el primero si los infectados se cuentan por millón de habitantes, con 5.831 casos. Un 34% más que el segundo, Estados Unidos (con 4.342 casos por millón de población)», señala la investigación.
A pesar de que el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias fantasean con golpes de Estado y policías patrióticas, el estudio considera con dichos datos que resulta «lógico» que una parte de la población se pregunte «por qué no se tomaron medidas antes».
Los autores Francisco Coll Morales y José Francisco López ahondan en este aspecto y critican la tardanza del Gobierno en reaccionar. Más aún cuando se sabe que, desde finales de enero, ya tenían información por parte de la Organización Mundial de la Salud de la peligrosidad y voracidad del virus.
En lugar de actuar, el PSOE y Podemos esperaron a decretar el estado de alarma hasta el 14 de marzo, una semana después de las manifestaciones masivas en las calles de toda España con motivo del Día de la Mujer.
En este sentido, la investigación se apunta a quienes critican con fuerza la imprudencia de autorizar la celebración del 8-M.
Los analistas indican que una reacción más temprana del Gobierno habría tenido «un impacto positivo en el número de contagiados, tal como han demostrado diversos expertos en la materia con simuladores matemáticos a partir de variables ajustadas a este tipo de virus».
Compras disparatadas
En el estudio de la Fundación Civismo no pasan por alto los dislates del Gobierno en la adquisición de material sanitario.
En concreto, apunta a que el «retraso» en la llegada del material sanitario y su «escasez» provocaron «que más de un 15% de la población contagiada fuera personal sanitario». Incluso, matizan que la cifra asciende hasta el 30% si se considera sólo el colectivo de edad de 30 a 49 años. «Una cifra escandalosamente alta», sentencian.
Las compras se demoraron tanto que el Gobierno, a fecha de 17 de marzo, tan solo había repartido medio millón de mascarillas, y medio más que acababa de llegar. Una situación que hizo necesaria la vinculación de otros actores que, hasta la fecha, habían sido atacados por el PSOE y Podemos: por ejemplo, las ayudas de Amancio Ortega.
“No sería hasta el 26 de marzo cuando el ministro Salvador Illa anunciaría un nuevo contrato de material sanitario, valorado en más de 500 millones de euros», indica el informe.
Eso sí, recordando la compra de los «test defectuosos» que llevaron a que «las recomendaciones de la OMS de realizar test masivos se postergaran de una manera inasumible para la salud pública».
Entre los sinsentidos del Gobierno de Pedro Sánchez, los autores destacan cuando el titular de la cartera, Salvador Illa, negó las acusaciones de material sanitario por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de bloqueo de material sanitario que estaba comprando la Comunidad.
Illa negó el veto, pero cuatro días antes de decretarse el estado de alarma, el Gobierno cambió un artículo la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, que no se había tocado «en 30 años» y que permitió las requisas del material adquirido por el Ejecutivo de Ayuso.
Premio al sector privado
El análisis exhaustivo de los contratos de compras llevan a los autores del informe a hablar sin ambages de «ineptitud del Gobierno».
No sólo porque el 20% de los proveedores del Ministerio de Sanidad «fueron en un principio desconocidos», sino porque el Gobierno les compró material sanitario por valor de algo más de 577 millones de euros.
El informe también compara el esfuerzo del sector privado frente al coronavirus en comparación con la del Estado central y la conclusión también es demoledora y muy clarificadora:
«Los datos muestran que el colosal esfuerzo del que hace gala el Gobierno no lo es tanto si se compara con las aportaciones del sector privado. Así, las compras del sector público suponen un total de 1.064 millones de euros. Mientras, algunas de las contribuciones más destacadas del sector privado han sido, como poco, de 381 millones de euros».