Los españoles se ‘liberan’ este 26 de junio de 2020 de pagar impuestos. De forma que, todo lo que gane con su trabajo irá íntegramente a su cartera. Esto se produce después de que durante las primeras 178 jornadas del año -del 1 de enero al 26 de junio- hayan estado trabajando para cumplir sus obligaciones con Hacienda.
Por fin llega el ‘Día de la Liberación Fiscal’ que Fundación Civismo calcula anualmente, y que este año se produce el 26 de junio, un día antes que el ejercicio pasado, debido a que este año es bisiesto.
El ‘think thank’ calcula que la deuda podría repuntar en 112.580 millones a causa de la pandemia, lo que podría aumentar el coste fiscal en 17.326 millones, esto supondrá pagar 365,52 euros más cada año y 913,8 euros más por hogar, con cinco días más de salario, retrocediendo a la situación fiscal de 2015.
Civismo indica que el día de Liberación Fiscal de este año va en línea con la estabilidad de los dos ejercicios anteriores, aunque puede romperse en 2021 si finalmente se cumplen los planes del Gobierno de subidas fiscales.
Fundación Civismo calcula su día de la liberación fiscal tomando el salario medio de 25.123,99 euros, lo que supone un coste laboral total de 32.636,06 euros. Para ello, el pago de Seguridad Social supone 7.512,07 euros de cuota patronal y 1.595,37 de cuota del trabajador; el de IRPF equivale a 3.212,36 euros; el de IVA, a 1.960,05 euros; los Impuestos Especiales, a 896,78 euros; y los cedidos totalmente, los autonómicos y municipales, a 767,40 euros. Así, el coste total de los impuestos asciende a 15.944,03 euros.
188 días en lo que lo ganado va directamente al bolsillo del trabajador
Por jornadas, los españoles dispondrían de 188 días al año en los que lo ganado iría directamente al bolsillo del trabajador, mientras que las 178 jornadas restantes se desglosarían entre las cotizaciones (103 días), IRPF (34 días), IVA (25 días), Impuestos Especiales (11 días) y otros (5 días).
Civismo señala que se deduce el gran impacto que tienen el IRPF y las cotizaciones sociales, lo que denominamos cuña fiscal, y que reduce el salario neto de los trabajadores de manera importante.
Esto quiere decir que cada 100 euros que paga el empresario en coste laboral, el trabajador de entre 16 y 29 años cobra 64,03; el de entre 30 y 44 años, apenas 62,41 euros; el de entre 45 y 64, solo 61,58 euros, y los mayores de 65 años ingresan 87,69 gracias a la ausencia de presión de las cotizaciones sociales.
Por autonomías, los cambios más importantes son la bajada significativa del IRPF en Andalucía, junto con Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones e Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, así como la gran subida de los impuestos en Cataluña a las rentas altas (con ampliación de mínimos personales en las rentas más bajas) y creación de nuevos tributos propios.